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La envidia se convierte en el deporte nacional francés

Nadal, Contador, Gasol y Casillas han sido salpicados por los franceses por temas de dopaje sin pruebas.

Los ataques a deportistas españoles procedentes de Francia son denominador común en los últimos tiempos. Ataques basados en suposiciones sin pruebas que demuestren la relación real de estrellas como Rafa Nadal, Pau Gasol, Alberto Contador o Iker Casillas con prácticas dopantes. No es casualidad que esos ataques se produzcan siempre en disciplinas en las que los franceses son sometidos por el poderío de los deportistas españoles como el tenis, ciclismo, baloncesto o fútbol.   

 Francia jamás ha tenido un tenista del nivel de Rafa Nadal. A día de hoy Monfils y Tsonga son sus tenistas más destacados, pero solo el segundo se ha plantado en la final de un Grand Slam, en Australia en 2008, cayendo ante Djokovic. El problema es que los franceses se han cansado de ver a Nadal ganar Ronland Garros (nueve veces en diez años) y dudan sistemáticamente de sus prestaciones físicas y le atacan tratando de salpicarle con sospechas de dopaje una y otra vez. El manacorí reveló, tras caer en la segunda ronda de Wimbledon en 2012,  que arrastraba una lesión crónica en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda. Lesión que le mantuvo siete meses fuera de las pistas. Sufría la enfermedad de Hoffa, una inflamación en la almohadilla grasa que está situada detrás del tendón rotuliano.

Otro antiguo tenista, el francés Yannick Noah, abrió la veda acusando a los españoles de tomar "una poción mágica" para lograr sus éxitos. Días después, el 7 de febrero de 2012, los guiñoles de Canal+Francia realizaban un ataque salvaje al deporte español señalando a Iker Casillas, Pau Gasol y el propio Nadal, con el mensaje "No ganan por casualidad" mientras firmaban con jeringuillas. En las parodias, en las que Nadal era el más señalado, se podía ver a Rafa repostando su coche en una gasolinera con su propia orina, para posteriormente ser cazado por la Policía a 280 kilómetros por hora. En otro, y con la música del Viva España de Manolo Escobar de fondo, se confesaban. "Me meto sangre de toro", decía Contador, mientras Gasol pronclamaba "soy el rey de la EPO", Nadal  "Tengo quince litros de sangre en la nevera" y Casillas concluía: «Estoy más cargado que Jeannie Longo». 

 

Este ataque de la exministra francesa de Deporte, Roselyne Bachelot, ministra de la ejecutivo de Nicolás Sarkozy es la última de una lista que el tenista sabe que seguirá creciendo. "Estoy harto, ya sabéis de dónde viene y siempre es lo mismo. Salpican y no tienen pruebas", apunta un hastiado Nadal.

Otro de los habituales en los ataques es Alberto Contador, quien fue sancionado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) con una sanción de 2 años y se le desposeyó del título del Tour de Francia ganado en 2010. De Contador se han dicho muchas cosas en Francia, donde los guiñoles de Canal+Francia le concedieron "el Goya al mejor actor por su papel de ciclista no dopado". Si analizamos la situación de Francia en el ciclismo, volvemos a encontrarnos con un desolador panorama. Desde los históricos duelos de Fignon e Hinault, el ciclismo galo no ha vuelto a dominar este deporte, mientras nuestros vecinos veían como Perico Delgado, Miguel Indurain, Óscar Pereiro y Alberto Contador se subían a lo más alto del podio de los Campos Elíseos.      

En lo fútbolístico el dominio de la selección española ha coincidido con el declive de una Francia tumultuosa que ha vivido escándalos de todo tipo. Y el icono de esta España histórico que ha encadenado dos Eurocopas y un Mundial es Iker Casillas, quien, como no podía ser de otra forma, también ha sido señalado. Durante la Eurocopa de fútbol 2012, España y Francia se enfrentaban en los cuartos de final cuando Canal+ utilizó la película Los Vengadores para ridiculizar a nuestros deportistas y acusarles una vez más de doparse. En esta coasión el mensaje fue que "nadie nos preparó (a los franceses) para enfrentarse a los deportistas ". España ganó el partido (2-0) y los guiñoles, resignados, advirtieron: "Contra Francia no hacía falta doparse".

Debe ser muy triste para Francia ver cómo ha perdido la influencia en deportes que dominaba en Europa como el ciclismo o el fútbol y otros en los que brillaba como el tenis o el baloncesto. Hoy España la supera en todos ellos con comodidad

El último crack del deporte español que ha sido blanco de ataques que le vinculaban con prácticas dopantes ha sido Pau Gasol. En este caso los ataques llegaban después de que el pívot de Chicago firmará un Europeo descomunal en suelo francés, llevando a España al oro, proclamándose MVP del torneo y dejando en el camino a los anfitriones, que le dedicaron una tremenda pitada al subir a recoger el premio de mejor jugador. La generación más exitosa de Francia, con una docena de jugadores jugando en la NBA, se quedó en el camino y tendrá que ganarse la plaza para los JJOO de Río en el Preolímpico.

Días después del oro español el periodista Clément Guillou publicó en el diario 'Le Monde' un artículo que le implicaba en el dopaje para explicar su rendimiento a los 35 años. El autor basaba su hipotésis en la relación entre Pau Gasol y el médico Nicolás Terrados. 'Los secretos de juventud de Pau Gasol' es el título del artículo que explica cómo Terrados -antiguo médico del equipo ciclista de la ONCE procesado por el Caso Festina- trabajó en los inicios de la carrera de Pau sometiendo al jugador a varios análisis de sangre para mejorar su rendimiento deportivo con un cambio de dieta. Días después se proclamó seguidor de Gasol y declaró que en ningún momento tuvo la intención de salpicar el nombre de Gasol con temas de dopaje. 

No se puede, ni se debe generalizar, pues son muchos más los casos de franceses que muestran su admiración por los deportistas españoles, pero nuestras estrellas empiezan a cansarse de una actitud que se repite con demasiada frecuencia con total impunidad. La envidia se ha convertido en el deporte nacional de Francia que se ha aferrado a aquello de 'Difamaque algo queda', contra los deportistas españoles que año tras año tumban a sus deportistas en disciplinas en las que hace años los galos llegaron a dominar Europa.  

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