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Apuntes para lograr el premio olímpico

Gustavo Aranzana, uno de los técnicos nacionales de referencia.

No quiero comenzar estas líneas sobre el partidazo entre España y Francia hablando de revancha, pues no creo en revanchas deportivas. Cada partido es diferente y es "el partido". Bien haríamos en no obsesionarnos con estas cuestiones y únicamente afrontar el juego con el máximo de concentración, alejándonos de presiones, cuestiones o entornos que nos puedan distraer o crearnos tensiones negativas.

Muchas pueden ser las claves o cuestiones importantes a analizar, pero seguro que algún factor emerge en el partido que quizá desequilibre el planteamiento. No dejar nada al azar será determinante. Varios matices a considerar:

A) Bloqueo directo de Francia, constantemente y sobre todo frontal: el éxito de esta defensa y de sus ajustes posteriores (como magníficamente hicimos contra Grecia) será determinante.

B) Destruir la línea de continuación de sus interiores tras bloqueos y trabajar muy activamente la segunda ayuda: a partir de este concepto, que no nos generen ventajas en atacarnos en dichas recuperaciones.

C) Nunca saltar a las fintas (tras el partido contra Italia mejoramos mucho en este concepto).

Otros conceptos determinantes:

A) Subir defensa en líneas de pase y ser ganadores y sólidos en los pares del uno contra uno.

B) Intentar sacarles de su tempo de juego y de su ratio de tiro.

C) Cargar rebote ofensivo (importante): Francia tendría problemas para correr y anotar en campo abierto (sobre todo con Parker y un doble bloque directo frontal que realizan) y también aseguraríamos más posesiones y control del ritmo de juego (prioritario).

D) Corregir nuestro rebote defensivo largo.

E) Buscar y tener siempre equilibrio en el juego (exterior-interior).

F) Máxima concentración: reducir errores y castigar cada vez los del rival.

Los aspectos mentales en estos partidos son determinantes. España deberá saber gestionar los estímulos y la presión, así como, en los momentos determinantes del encuentro, la toma de decisiones correctas tanto dentro como fuera de la cancha. Francia es más física y quizá posee más profundidad de banquillo pero España es más creativa y tácticamente más rica.

Los españoles tendrán que jugar distribuyendo muy bien los minutos de juego, por los problemas físicos, para llegar al final frescos. En ataque, deberán generar espacios (muy bien con Mirotic de 'cuatro' abierto en las esquinas), circular el balón y seleccionar los tiros, además de leer la defensa francesa, buscando sus desajustes e interpretando excelentemente el concepto de dos para dos entre los Sergios y Pau Gasol.

Francia es posiblemente la selección que mejor juega por conceptos, así que debemos de estar muy atentos a la defensa de su juego sin balón (sobre todo por nuestra espalda y por línea de fondo). Quizá veamos defensas alternativas como sorpresa, pero no creo que en el desarrollo del partido sean la clave.

Pero en algún momento aparecerán, seguro, y en el caso de España convendrá elegir el momento adecuado, así como el ajuste posterior. En mi caso, soy más partidario de ajustar a zona 2-1-2 en medio campo tras la zona press: pondríamos en mayores dificultades el ataque galo cuando Boris Diaw ocupe el poste alto.  

Parker, De Colo, Gobert, Diaw, Lauvergne, Batum, Gelabale, Fournier… Indudablemente, un plantel de estrellas. Y juegan en casa. ¿Miedo? Jamás. Respeto, compromiso, motivación y espíritu ganador. Siempre. A este equipo, a nuestra eñe, la refrendan su historia y sus logros.

El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos. Así está haciéndolo España, es nuestro ADN. El basket es un juego de sensaciones y éstas son muy positivas en la Selección. Cuando nuestros jugadores salten a la cancha, sus caras reflejarán el deseo de victoria. El suyo y el de todos nosotros, los que amamos este juego y nuestros colores, sintiéndonos muy orgullosos.

Fuerza, acierto y ánimo, que seguro que lograremos un éxito más que nos otorgará brillantemente el pasaporte olímpico a Río.

* Gustavo Aranzana, todo un clásico de los banquillos de la ACB, fue medalla de plata con la selección española de baloncesto en el EuroBasket de Francia 1999 como ayudante de Lolo Sainz

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