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Alves ofende a los culés, pero destapa las miserias del fútbol español

Aspecto del Camp Nou en la semifinal copera entre Barcelona y Real Sociedad

"Los aficionados que no vienen al Camp Nou no deben de ser tan culés como dicen", afirmó Dani Alves al término del partido de Copa entre el Barcelona y la Real Sociedad, y al que acudieron 38.505 espectadores, una de las peores entradas de la temporada. El brasileño ya criticó a su propia hinchada tras el último encuentro de Liga, ante el Valencia. "A veces parece que juguemos en campo contrario", afirmó entonces.

Está claro que estas declaraciones de Alves ni son políticamente correctas ni por supuesto justas. Sin embargo, sí esconden una gran verdad: los dirigentes del fútbol español, vendidos a la televisión, cada vez piensan menos en los aficionados, para quienes ir al fútbol se ha convertido en un sacrificio paradójicamente demasiado caro.

Sólo en los cuartos de final coperos ante el Levante, con una noche muy lluviosa y el 1-4 de la ida, el Camp Nou registró una entrada más pobre que ante la Real: 25.551 espectadores. Aunque desde el propio FC Barcelona digan que no están preocupados, lo cierto es que justo ahora que están hablando de la ampliación del campo -decisión que será tomada tras un referéndum-, el coliseo azulgrana encadena asistencias flojísimas. Ante el Málaga sólo 56.355 espectadores acudieron al partido y ante el Getafe, en Copa, la entrada fue de 39.299. En Liga, la peor fue ante el Celta: 54.342.

Muchas y variadas pueden ser las causas de que la afición del Barcelona esté dejando de acudir a ver a su equipo. Empeznado por los horarios, cuestionados pública y repetidamente por el propio Tata Martino, pasando por el bajísimo nivel competitivo de la Liga y la Copa, y, por supuesto, terminando en el juego que despliega el equipo dirigido por el técnico argentino.

Salvo en los dos clásicos y algún que otro derbi, el fútbol está perdiendo la pasión. En el partido contra la Real, en el Gol Sud se exhibió una pancarta en la que se podía leer: 'Alves tenim la solució: Grada d'Animació'. Al igual que está sucediendo en el Real Madrid con Ultras Sur y esa grada joven que en su lugar ha puesto en marcha Florentino Pérez, el Camp Nou demanda el regreso de los aficionados que más animan. Sin embargo, y por muy ricos que sean, hay algo que los dos grandes  no pueden comprar con dinero: el sentimiento.

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