Publicado: 18/06/2014 04:00
Quizás distraidos con el fichaje del 'catalán de toda la vida' Rakitic, los independentista del "pequeño país" han tardado un par de días en reaccionar y atizar a Cesc Fábregas.
El nuevo jugador del Chelsea cometió dos pecados imperdonables. El primero, haberse negado a contestar en catalán una pregunta durante la rueda de prensa en la que compareció el pasado domingo en calidad de futbolista de la selección española.
En la Eurocopa de Polonia Fábregas ya se negó a responder en catalán, pero entonces le perdonaron porque era jugador del Barça
Hubo revuelo, pero este martes Catalunya Radio decidió reactivar la polémica e iniciar una campaña para estigmatizar a Fábregas en su tierra.
"No me puedo acabar de creer que no haya querido responder en catalán", dijo a sus oyentes Pere Escobar -apellido 'catalán de toda la vida'-, presentador de Catalunya Radio.
Lo más sorprendente es que esa presunta incredulidad de Escobar es impostada. Porque él mismo se delató minutos después cuando desveló que "no es la primera vez (que Cesc se niega a responder en catalán). En la Eurocopa de Polonia pasó dos veces".
¿Por qué los medios de comunicación catalanistas no fueron entonces tan duros con Fábregas? Porque la Eurocopa de Polonia y Ucrania se celebró hace dos años y, casualmente, el centrocampista era entonces jugador del Barcelona. Hoy ha dejado de serlo y hay barra libre para pegarle.
El segundo pecado, gravísimo, de Cesc es haberse referido a España como "mi país".
Al bueno de Fábregas no se le ocurrió otra cosa que hacer la siguiente 'escandalosa' manifestación: "Para mí era fundamental que el traspaso (del Barça al Chelsea) se hiciera antes del Mundial para centrarme en ayudar a mi país a conseguir la Copa del Mundo".
Lógicamente, los usuarios independentistas en redes sociales han comenzado a zurrar al futbolista barcelonés, llamándole desde "mercenario" a "carterista" pasando por "traidor".
Y alguno ya pide abiertamente que no vuelva a vestir la camiseta de la selección catalana. En su lugar, ¿por qué no 'nacionalizar' a Rakitic?
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