Los ladrones visitan a Di María y Cesc 'ataca' a un bus en Londres

Jornada tumultuosa en Inglaterra, especialmente lejos de los terrenos de juego. Ángel di María y Cesc Fábregas fueron protagonistas, por causas diferentes, de noticias que nada tienen que ver con el fútbol.  

Tremendo susto el que se llevaron el pasado sábado los Di María. La familia se encontraba cenando, a las siete y media de la tarde, cuando saltó la alarma del domicilio. Ángel estaba con su mujer Jorgelina y su hija Mía, de 22 meses. Tres ladrones, que la policía cree que iban armados, intentaron acceder a la vivienda utilizando un andamio. Pero afortunadamente se dieron a la fuga ante el ruido de alerta. Los equipos de seguridad del club llevaron a la familia a un hotel, ya que se encontraban muy nerviosos, mientras la policía analizaba la vivienda tratando de encontrar pistas que les llevaran hasta los ladrones.

El delantero argentino del Manchester United se ha comprado una casa en Cheshire, una localidad a medio camino entre Manchester y Liverpool, donde tienen fijada su residencia muchos futbolistas de élite tanto del United como del City. El susto finalmente no fue a mayores, pero los Di María han dispuesto más medidas de seguridad para asegurarse de que los ladrones no puedan acceder a sus vivienda.

Este no fue el único incidente vivido por un futbolista fuera del campo en Inglaterra. Cesc Fábregas protagonizó un altercado con un conductor de autobús en medio de Londres. El centrocampista del Chelsea se vio implicado en una discusión de tráfico en la callle que acabó con el exblaugrana golpeando la luna de un autobús, según denuncia el conductor del vehículo y recogía el 'Daily Mail'. Martin Hughes, chófer del autobús, asegura que el Aston Martin Vanquish de Cesc se le cruzó en plena calle obligándole a subirse al bordillo de la acera. Este hecho provocó una discusión en la que el futbolista insultó al conductor, que hizo lo propio y le advirtió de que su infracción había quedado grabada en la cámara que lleva el autobús. Entonces Fàbregas bajó de su automóvil, hizo unas fotos del autobús y golpeó la luna del mismo.