La nueva Euroliga, firmada: liga 'cerrada' de dieciséis sin el Unicaja ni el Valencia

La reunión que decidió el corto plazo del baloncesto europeo quedó cerrada en Barcelona con un anuncio sorpresa: la Euroliga 2016-2017 contará con dieciséis equipos que jugarán una liga cerrada a treinta jornadas.

Los participantes serán los once equipos con la denominada Licencia A (Real Madrid, FC Barcelona Lassa, Laboral Kutxa Vitoria, Anadolu Efes, CSKA de Moscú, EA7 Emporio Armani Milano, Fenerbahçe, Maccabi Tel Aviv, Olympiacos, Panathinaikos y Zalgiris Kaunas) más otros tres campeones de ligas a decidir, el vencedor de la Eurocup y un equipo resultante de una previa.

Las tres ligas europeas que añadirán a su campeón al grupo cerrado de clubes no se han desvelado, si bien se especula con la Bundesliga alemana, la Liga Adriática y la VTB League (torneo que engloba a conjuntos de Rusia, República Checa, Bielorrusia, Estonia, Finlandia, Georgia, Letonia y Kazajistán).

Los malagueños, sin Licencia A desde mayo, fuera del acuerdo

En la nota enviada y publicada en su web, la Euroliga matiza que deberán ser "campeones" de sus competiciones domésticas, por lo que se excluye que el segundo, tercer o cuarto clasificado de la ACB tengan opciones mediante esa vía. Eso deja virtualmente sin opciones de engrosar la élite europea a clubes como Valencia Basket o Unicaja, que disfrutaba de Licencia A hasta este pasado verano.

Las opciones, pues, por las que un cuarto equipo español podría acceder a la Euroliga son dos: campeonar en la Eurocup o ser elegido para esa fase previa en la que ocho escuadras se disputarán el decimosexto y último billete para la máxima competición continental.

La Euroliga de dieciséis equipos será una liga casi cerrada, en la que todos jugarán contra todos, en una fase regular de 30 jornadas. Los ocho mejores se cruzarán en el Top 8, en eliminatoria a cinco partidos, y habrá Final Four. No se ha hablado aún de ascensos ni de descensos, tan sólo de un acuerdo por diez temporadas con la empresa IMG, que aportará 16 millones de euros por temporada, sofocando el conato de rebelión que surgía desde la FIBA.