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De los milagros de Oblak a la magia de Modric, la raza de Mandzukic y la jerarquía de Varane

Varane y Mandzukic pelean por un balón.

Oblak. Excelente. El mejor del encuentro, le hizo paradas notables a Bale, en varias ocasiones, a James y a Modric. Sin su presencia el Atlético no podría haber empatado el partido, menos aún haberse ido sin encajar goles. Los rojiblancos tienen otro portero colosal, lo que ya es una tradición en el club.

Godin. Tuvo un fallo grave que le pudo costar mucho al Atlético. Dejó a Bale solo, pero el galés falló. A partir de ahí fue el eje de una defensa que fue solventando como podía la superioridad del Madrid en la primera parte.

Siqueira: Fue la vía de agua del Atlético, un jugador que en ningún momento ha contado con la confianza del Cholo. Eso lo saben los rivales, que huelen la sangre e intentan explotar las debilidades. Él forma parte de las cosas que tienen que mejorar los rojiblancos.

Arda: Es el jugador con más fútbol del Atlético, el que encuentra con más facilidad las cosquillas al rival. No consiguió continuidad en su juego, pero las pocas veces que apareció llevó sensación de peligro.

Mandzukic: Cerca estuvo de terminar expulsado. Es un jugador de raza, de los que nunca deja de chocar y de pegarse. A veces eso acaba mal, como mal terminó su cara tras una brecha en un lance con Sergio Ramos. La parte futbolística la demostró mucho menos que la emocional.

Varane: El defensa central vivió una de sus mejores noches. Pareció un veterano, demostró su increíble aceleración, que le permite llegar a todos los balones que quiere, y no se amedrentó con los delanteros rojiblancos, ni por la velocidad de Griezmann ni por el cuerpo de Mandzukic.

Ramos: Tuvo uno de esos días en los que cree que puede mandar y termina durmiéndose. Las mejores opciones del Atlético fueron por su culpa, en despejes mal realizados o despistes tontos. Es un gran central…cuando está centrado.

Modric:  Es el metrónomo del Madrid. Brilla en el pase y en la conducción, siempre parece escoger la mejor opción e incluso tira con peligro. Su vuelta al equipo ha convertido a los blancos en un equipo mucho mejor de lo que era, su sola presencia tranquiliza a muchos de sus compañeros. Fue único en el centro del campo, también por la mala noche de Kroos y la irrelevancia de James.

Cristiano y Bale:  Pueden entrar en el mismo saco, porque de los dos se espera mucho más de lo que hicieron en el Calderón. Cristiano no apareció, no se fue de nadie, parecía que el Madrid jugaba con diez. El caso del galés fue algo distinto, aunque el resultado fue similar: nada. Bale tuvo la ocasión más importante del partido, un mano a mano que no supo resolver bien. Podría haber cambiado el encuentro, quizá la eliminatoria.

Marcelo. El lateral izquierdo no falló en defensa, y en ataque sigue siendo uno de los jugadores más especiales de su equipo. Es anárquico, lo cual es un problema para un equipo tan cartesiano como el Atlético. La amarilla que vio, excesiva, no le permitirá jugar la vuelta. Un dato importantísimo para el Madrid. 

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