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Alonso, McLaren y Honda se dedican a todo menos a ganar carreras de F1

Fernando Alonso y Zak Brown, en su periplo por Estados Unidos.

Se abre el telón y aparecen una escudería inglesa, un fabricante de motores japonés y un piloto de carreras español. Suena a comienzo de chiste malo y, según no pocas opiniones, lo es. Al menos desde la perspectiva del Mundial de Fórmula 1 que está en plena competición y que, de hecho, este fin de semana aterriza en Rusia.

Cuando solo se han disputado tres grandes premios, McLaren, Honda y Fernando Alonso están a muchas cosas, pero la mayoría -y las más importantes- ajenas al actual campeonato de F1.

Un feo a Mónaco

"La gran posibilidad de ganar una carrera legendaria como las 500 Millas de Indianápolis es mucho más importante que cualquier posición en Mónaco". Tan contundente frase de Fernando Alonso debe ser analizada en el contexto de la extrema ilusión que embarga al asturiano, pero leída friamente es demoledora para la Fórmula 1.

Porque, como mínimo, el GP de Mónaco de F1 es tan legandario como las 500 Millas. Es la cita más importante del calendario, la más histórica y la más conocida en todo el mundo.

Evidentemente, la intención de Alonso no es menospreciar a la mítica prueba del Principado centroeuropeo, pero sus palabras son el síntoma perfecto del lógico aburrimiento mental provocado por años de insulsa presencia en la parrilla sin opciones de pelear por nada.

Márketing y diversificación

McLaren no solo apoya esa huída de su piloto estrella de F1 hacia la Indy, sino que va más allá. Zak Brown, el nuevo jefe de la escudería británica, ya ha mostrado su deseo de tener "presencia constante" en esa competición... y en otras.

El expiloto estadounidense que dirige McLaren tenía muy claro desde que llegó que su misión y su enfoque iban a ser diametralmente opuestos a los de Ron Dennis durante las últimas décadas. Dennis era un hombre que vivía únicamente por y para la F1. Brown ha empezado a diversificar los objetivos del equipo inglés.

Zak busca patrocinadores, quiere ampliar el mercado y todo ello pasa por poner coches McLaren en otras pistas ajenas a la F1. Él mismo lo ha dicho estos días, cuando se ha paseado con Alonso por Estados Unidos, encantados ambos de la vida y aparcando el GP de Rusia hasta este jueves, cuando ya es obligatorio aprecer por el circuito de Sochi.

Rendición japonesa

Mientras tanto, Honda, el socio de McLaren, ha dado por fin su brazo a torcer. Con casi tres años de retraso, la marca nipona ha admitido que es incapaz por sí sola de fabricar un motor competitivo, así que ha confirmado dos medidas novedosas e insólitas para su cerrada mentalidad empresarial.

Primero, se dejará informar y/o asesorar por los ingenieros de Mercedes. No es algo nuevo ni escandaloso, pues los alemanes, autores del motor dominante en la actual F1, ya hicieron lo mismo antes con sus homólogos de Ferrari y Red Bull.

Además, Honda también parece dispuesta a suministrar motores a otro constructor, Sauber. En este caso, la cerrazón a hacerlo hasta el momento era compartida con McLaren, así que si finalmente ocurre también habrá tenido mucho que ver el aperturismo de Brown.

Surtir de motores a otro equipo da más trabajo porque hay que fabricar más unidades, pero también permite avanzar el doble en el desarrollo del mismo, justo lo que hasta ahora ha sido un desastre.

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