Publicado: 30/09/2016 04:00
Los resultados invitan al optimismo en un Real Madrid que es líder en Liga y suma cuatro puntos en dos jornadas en la Champions League. Sin embargo, los últimos tres partidos del equipo blanco han finalizado con empates en los que los de Zinedine Zidane han demostrado falta de intensidad o actitud, según se interprete.
Ante el Villarreal el equipo completó una primera parte insulsa en la que estuvo a merced del equipo castellonense, lo que corrigió en la segunda mitad, logrando un empate insuficiente para la afición en el Bernabéu. Días después se ponía por delante en el marcador hasta en dos ocasiones en Las Palmas, pero inesperadamente se dejó igualar por los canarios, mostrando una desidia que tiene muy preocupado a Zidane.
En ese partido Cristiano protagonizó un incidente al ser sustituido por el técnico francés a falta de 20 minutos para el final. El portugués comentó al delegado al llegar al banquillo: "Hago todo para hacer el 2-1 y a tomar por culo...". Episodio por el cual recibió una advertencia privada del presidente, Florentino Pérez, y un aviso público del entrenador en rueda de prensa: "Yo no soy tonto y él es inteligente. No tengo más que decir".
Superado ese roce, el Real Madrid repitió el tropiezo en Alemania, en el Westfalen Stadion de Dortmund, donde volvió a dejarse empatar hasta en dos ocasiones el pasado martes. Se adelantó en el marcador con goles de Cristiano y Varane, pero un tanto de Aubameyang y otro de Schurrle.
Zidane está preocupado por esas faltas de concentración del equipo que echan por tierra el trabajo y la ventaja en el tanteador. En las dos últimas semanas, en las que han jugado compromisos entre semana y en fin de semana alternando Liga y Champions, sus jugadores no han sido capaces de mantener la tensión competitiva durante los 90 minutos de partido, algo que tampoco ha pasado por alto para el presidente.
Florentino ha hablado sobre el tema con el entrenador y con varios pesos pesados de la plantilla. Un vestuario en el que no sentaron bien las palabras de Jose Mourinho en las que revelaba que Florentino le pidió volver "para echar a gente de mierda como Pepe, Casillas, Ramos, Marcelo…". El grupo no entiende cómo el presidente no ha salido a desmentir esas declaraciones, que le posicionan frente a los capitanes del equipo.
Con Zidane preocupado por la falta de regularidad de sus futbolistas, con Florentino inquieto por la racha de empates y con el vestuario molesto por las declaraciones de Mourinho, revelando los planes del presidente, el Real Madrid ha bajado su velocidad de crucero y vive de la pegada de sus futbolistas. Juega los partidos en el alambre y a sus gestores no les gusta sufrir tanto cuando la plantilla tiene calidad suficiente para resolver con más autoridad los encuentros.
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