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Cultura

Siri Hustvedt: “Trump fue electo presidente porque la misoginia sigue viva y coleando”

Siri Hustvedt en una imagen de archivo.

Es una de las autoras esenciales de la literatura norteamericana contemporánea y sin embargo  sufre en carne propia lo que ocurre a sus personajes. Siri Hustved, quien tiene que arrastrar el título de esposa de Paul Auster por delante de su condición de escritora, lo retrató con exactitud en Todo cuanto amé, novela que la convirtió en Finalista del Man Bookeer Prize 2014 y que Anagrama publicó en España en 2015.

En aquellas páginas Hustved contaba la historia de Harriet Burden, personalidad semiolvidada de la escena artística neoyorquina de los ochenta que tras su muerte atrajo la atención parte de críticos y académicos. Hustved se valió de su historia para ilustrar las mezquindades del mundo del arte con las creadoras mujeres: Burden fue conocida no como artista, sino como esposa del poderoso marchante Felix Lord y anfitriona de deliciosas fiestas que reunían a toda la intelectualidad de Manhattan. Ese no ha sido el único libro que ha dedicado al tema ni ella es una nueva en estos asuntos. Lo saben quienes han leído The Shaking Woman (2009), una memoria híbrida e investigación intelectual.

Justamente por ese motivo, la escritora le ha arreado una, y bien grande, a Donald Trump como exponente de una misoginia de naturaleza casi homínida. Lo ha hecho en una entrevista concedida al diario británico The Guardian. En ocasión de la publicación de su nuevo libro de ensayo A Woman Looking at Men Looking at Women, Siri Hustvedt reflexiona y propone una serie de temas en esta entrevista: la no correspondencia que existe en el trato de las mujeres que escriben y reflexionan sobre temas e ideas específicas frente a los autores masculinos y se permite, por supuesto, poner en perspectiva la victoria de Trump como síntoma de algo más profundo.

"Donald Trump fue elegido porque la herramienta de la gran mentira funcionó, porque la misoginia está viva y coleando entre las mujeres y los hombres", aseguró. "Fue elegido porque, como lo demostró un estudio en Yale, cuando se enfrentan a una descripción idéntica de un político ambicioso, tanto los hombres como las mujeresencuentran indignación moral si se trata de una mujer pero no si se trata de un hombre”. La novelista fue muy insistente enla diferencia de percepciones  y  los tipos de expectativas que existen en los hombres versus aquellas que se depositan en las mujeres.

Incluso hasta hizo una lectura de género de los atributos y defectos que se percibieron entonces en Hillary Clinton, acusada durante la campaña en varias ocasiones de ser demasiado cerebral. "Si ella es emocional, entonces ella es femenina. Si no es emocional, entonces es fría y sin corazón ", dice de Clinton. "En realidad, Trump realmente ha desempeñado el papel que se atribuye a lo femenino: el fuera de control, enojado histérico. Y sin embargo, ha sido percibido como una figura robusta y masculina por una gran parte del público estadounidense. Las posibilidades para una mujer son infinitamente más estrechas ".

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