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Cultura

Rock in Rio: dos semanas de pasión con altibajos

Rock in Rio es el típico festival que todo el mundo critica y al que al final todo el mundo acaba yendo. Por su elenco de artistas y por sus instalaciones es posiblemente el mayor evento musical de España. Los más cool lo acusan de comercial, de aborregado. Pero ha permitido ver en Madrid con tan sólo 8 días de diferencia a Red Hot Chili Peppers, Lenny Kravitz, David Ghetta, Maná, Deadmau5 y (casi) Rihanna, que suspendió actuación a última hora. Y a muchos otros por los que merece la pena moverse y pagar.

No es normal que una persona compre una entrada por 60 euros seis meses antes y el mismo día del evento las vendan por la mitad

Pero el alto precio del festival y algunas decisiones organizativas poco serias aportan las sombras. No es normal que una persona se compre una entrada el día de Reyes, planifique un viaje de varios días a Madrid cruzándose España, pague los 60 euros de la entrada más otros gastos, y al final se dé cuenta de que una gran cantidad de gente ha entrado gratis o conseguido entradas en la puerta a mitad de precio. Eso no es serio, da una imagen lamentable que hay que censurar y evitar que se repita. Los primeros días del evento, que se ha celebrado los días 30 de junio, 4, 6 y 7 de julio, la Ciudad del Rock estaba vacía. La organización temió un derrumbe mayúsculo y las entradas gratis o invitaciones corrieron como la pólvora, hasta conseguir llenar definitivamente el recinto el sábado 7, una noche gloriosa en el que Red Hot Chili Peppers era el gran reclamo, y qué reclamo.

Sentimiento

Para un casi treintañero como el que escribe escuchar a la banda californiana por primera vez es un cúmulo de emociones. En la adolescencia la música de su disco 'Californication' estuvo siempre presente, la voz de Anthony Kiedis siempre en la cabeza, sus guitarras y bajos en el corazón. Escuchar en directo 'Dani California', 'Under the bridge', 'Give it away' y tantas otras es un privilegio, y los RHCP demostraron que, aún pasados los años, siguen manteniendo intacta su genialidad y sus torsos machacados en el gimnasio. Brindaron momentos maravillosos, aunque breves y fugaces. Rapidamente se marcharon dejando a su público ávido de más funk, de más rock. Ni siquiera el gesto del batería Chad Smith, que se enfundó la camiseta de 'La Roja' para gritar "viva España", dejó al público con la conciencia de que estos genios hubieran dado realmente lo mejor de sí mismos.

Y eso que después de Red Hot venía otro genio. Es el judío Joel Zimmerman aka Deadmau5, que desde hace 4 años viene revolucionando la música electrónica. Pionero en el uso de las redes sociales como amplificador de su obra (tiene más de seis millones de seguidores en Facebook), el canadiense llevaba un tiempo intentando encontrar su sitio, con colaboraciones con el exmarido de Pamela Anderson, Tommy Lee (le recordarán, tal vez, por su gran miembro) e incursiones en el dubstep. Error. Como productor se ha llevado la gloria por su trance, por composiciones épicas como 'Strobe', 'Faxing Berlin' o 'Ghost and Stuff'. Así que al volver a su Toronto, a ello debe dedicar el tiempo. La creatividad de Deadmau5 (una cabeza de ratón gigante es su imagen de marca) no tiene límites, y aún puede ofrecer mucho.

Si el señor Adelson busca de verdad un lugar en Madrid para Eurovegas, que le dejen la Ciudad del Rock, que ya está hecha

El resto de días hubo momentos notables como los que protagonizaron Lenny Kravitz, las canciones pegadizas de Maná que todos conocemos o el siempre rumboso Macaco con su banda. Dos días antes del jueves 5, día en el que todos esperaban a Rihanna, la barbadense anunció que no acudiría a Madrid al haber fallecido su abuela. La organización se movió rápido y bien y sustituyó a la morenita por el 'superdj' Carl Cox, que se pasa los veranos en Ibiza. Siempre garantía de éxito, aunque fue una pena no haber disfrutado de 'We found love' en directo. Antes de Cox, alguien había cometido la atrocidad de programar a Amaia Montero después de Calvin Harris. Obra de un demente, o un incomprendido. 

Por cierto, si el señor Adelson está buscando un lugar en Madrid para construir Eurovegas, ¿por qué no utilizar la Ciudad del Rock de Arganda del Rey? Es un espacio de 200.000 m2 que fue construido ex profeso para el primer Rock in Rio de 2008 y se cuentan con los dedos los días en que se le ha dado uso. En su construcción seguro que muchos políticos, banqueros y empresarios ladrilleros se llenaron los bolsillos, a cuenta eso sí del erario público. Por cosas como éstas estamos como estamos.

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