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Cultura

La colección de Carmen Cervera: 800 millones de euros cuelgan de las paredes del Thyssen

Una imagen de las salas del museo Thyssen.

En febrero se hizo público. Carmen Thyssen-Bornemisza y el ministerio de Educación, Cultura y Deporte habían acordado, dentro de la "más absoluta normalidad institucional", demorar hasta el mes de mayo el inicio de las conversaciones sobre el futuro de la colección privada, que se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemisza. Se espera que este lunes, el patronato de la pinacoteca sea informado de la renovación de la cesión gratuita de la colección privada. De cumplirse, sería la tercera renovación consecutiva de un plazo que contempla doce años.

La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza surgió como una continuación de la Colección Thyssen-Bornemisza, iniciada por el padre del barón a comienzos del siglo XX y que tomó a mediados de los años ochenta, cuando el barón Hans Heinrich formalizó un acuerdo con sus hijos para evitar la dispersión de la colección de su padre, que él había ido aumentando. Las 240 obras de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza que se exhiben en el museo, unidas a la colección del barón Thyssen, que el Estado Español compró en 1993, permiten hacer un recorrido por la historia de la pintura europea desde sus inicios en el siglo XIII hasta las postrimerías del siglo XX.

Renovación consecutiva

Está en vigencia un plazo de doce años para la cesión de las obras. En 2011, cuando el tema de la renovación llegaba al plazo final de decisión, el asunto comenzó a complicarse: ella quería vender al Estado las obras, pero no a cualquier precio. Carmen Thyssen rechazó a finales de 2010 una oferta del anterior Ministerio de Cultura, dirigido por Ángeles González-Sinde, para alquilar su colección durante dos años por una cantidad fijada en base al cálculo que se estableció para el alquiler de la colección del barón Thyssen, antes de que fuera comprada por el Estado en 1993.

Thyssen dijo entonces que a pesar de tener "muchas ofertas" de otros países para llevar acoger la colección, ha luchado durante años para que la colección de su marido se quedara en España y su deseo es que la suya también permanezca aquí. "¡Qué se le va a hacer¡", dijo al año siguiente luego de mantener su decisión de ceder un año más su colección al Estado. Además, en esa ocasión aseguró que rezaba "para que se acabara la crisis". Lo que más le preocupaba entonces era dejar las cosas "arregladas" para sus herederos.

Otros episodios

En julio de 2013, y ante su necesidad de "conseguir liquidez", Carmen Thyssen vendió en una subasta celebrada en Londres, por 27,89 millones de euros, el cuadro La esclusa ("The lock") de John Constable, una de las joyas de su colección privada. Según los términos del acuerdo de préstamo, la baronesa tiene derecho a vender un 10 por ciento del valor total de la colección, fijado en 800 millones de euros, y la venta del Constable supuso menos del 5 por ciento. Sin embargo, la venta supuso polémica con otros miembros del patronato, entre ellos, Francesca Thyssen, archiduquesa de Habsburgo y la única hija del barón que es miembro del patronato del MuseoThyssen-Bornemisza.

La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza está formada en su mayoría por obras que heredó del barón, con autores como Canaletto, Fragonard, Constable, Courbet, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse o Picasso y que se exhibe junto a las obras que el Estado compró al barón para su exhibición en el Museo Thyssen. El núcleo principal del conjunto, formado por 240 piezas, es la pintura holandesa del siglo XVII, el vedutismo del siglo XVIII, el paisajismo naturalista del XIX, tanto francés como norteamericano, el impresionismo, el postimpresionismo y las primeras vanguardias del siglo XX, con especial énfasis en el expresionismo alemán.

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