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Cultura

El francés Daniel Pennac vuelve a España con novela nueva

Diario de un cuerpo, novela publicada por Mondadori, es el último trabajo del profesor y escritor francés Daniel Pennac. El volumen, que salió hace un mes en Francia y del que ya se han vendido 250.000 ejemplares, llega a nuestro país cuatro años después de Mal de escuela, editado en 2008.

En sus páginas narra la vida del protagonista, que cubre casi todo un siglo, el XX, con guerras, transformaciones y movimientos sociales, además de sus afectos o circunstancias, que sólo llegan a ser conocidas por el lector a través de las diferentes manifestaciones de su cuerpo.

Daniel Pennachioni, el nombre verdadero del conocidísimo escritor francés, nació en Casablanca, Marruecos en 1944, en una familia de militares, se crió en África y el sudeste asiático. Su juventud la pasó en Niza, donde estudió letras y se dedicó a la enseñanza.

Comenzó su actividad literaria, escribiendo libros para niños. Conoció la fama gracias a sus novelas sobre la saga de la familia Malaussène, que se encuentra dentro de la novela negra, resultado de un viaje a Brasil. dicha saga se desarrolla en torno a Benjamín Malaussène, un hermano mayor que ostenta el puesto de cabeza de familia, que vive en el barrio de Belleville, en París (Francia).

Comenzó escribiendo libros para niños. Conoció la fama gracias a la saga de la familia Malaussène. Su obra más conocida es Como una novela (1993)

A lo largo de su carrera ha dicho que escribe por necesidad y para burlarse del mundo en que le tocó nacer. De este razonamiento surgió su primer libro El servicio militar, ¿al servicio de quién? (1973), una sátira de su propia vida en el servicio militar.

Su título más famoso es Como una novela (1993), una enumeración de los derechos de los lectores. Esta obra indaga en el proceso de construcción de la literatura, buscando el placer de la lectura. Durante su escritura, Pennac se apoyó en su experiencia como docente, para transmitir el discurso del valor de los libros.

En Diario de un cuerpo, Pennac usa el recurso del diario íntimo. Se trata del objeto encontrado, en este caso, entre un montón de cuadernos entregados por la hija del protagonista fallecido a un escritor amigo, el propio Daniel Pennac, quien decide escribir la vida de este hombre:  un intelectual algo raro pero de gran reputación, quien poco antes de morir decide dejar  a su hija, a la que pocas veces la ha dicho que la quiere, todo este legado de cuadernos, cartas y papeles.

A lo largo de la lectura es posible percibir cómo el personaje principal toma conciencia de su cuerpo por el primer sentimiento de miedo que le provoca haberse quedado solo en el campo atado  a un árbol, mientras las hormigas le subían por las piernas. Una relación íntima con el cuerpo de la que ya hablaron, dice el autor, Ravelais, Montaigne, Diderot o Rosseau, "pero que el pudor institucional, encarnado por los burgueses del XIX, tapó", según Pennac.

El catálogo de las sensaciones y las reacciones físicas llegan a las que le  provoca estar cerca de su madre, a la que odia, porque ella nunca le ha querido, ni le ha besado; o incuso esas otras en las que su cuerpo  expresa el amor hacia la mujer que le ha cuidado. Son ésas las primeras entradas de este diario, por el que pasan lágrimas, masturbaciones, o el estiramiento de músculos y huesos.

"El tema del libro es el rechazo maternal de la madre, esa reflexión es el origen de todo, ya que es la madre la que le muestra al niño en un espejo y le dice: mírate, no eres nada. En ese momento él sabe que para ser tiene que tener un cuerpo", explica Pennac.

Desde su amor a la educación, a la que se dedicó muchos años, Pennac dice que en estos momentos de crisis, en los que bajan los recursos para la educación, a los que piensan que la enseñanza es demasiado, "les haría pensar que será mucho mas caro e irreparable pagar por la ignorancia".

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