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Cultura

David Vann: "Somos el país más violento del mundo y no hacemos nada por resolverlo"

David Vann (Alaska, 1966) tiene los ojos azules y limpios de los marineros; una sonrisa que viene del frío y una prosa demoledora por la que muchos le comparan con William Faulkner o Corman McCatrhy, del que, dicen, es sucesor. Tierra (Mondadori, 2013) es su tercera novela tras el éxito de Sukkvan Island (Algaiba) y Caribou Island (Mondadori), dos libros que le hicieron merecedor de más de una treintena de premios, entre ellos el afamado Médicis, en 2010.

El suicidio de su padre luego de que Vann rechazara una invitación para visitarlo en Alaska, produjo en él una sensación de culpa de la que salieron las mejores páginas de Sukkvan Island, y de la que todavía brota esa necesidad por entender y contar lo violento, un pliegue humano que Vann explora a partir de la tragedia como género pero también como un artefacto humano inevitable.  

En Tierra, Vann se sitúa en la Norteamérica de los ochenta para contar la historia de Galen, un chico de 22 años de edad, creyente de la nueva era, que vive con su madre –una mujer frágil y emocionalmente dependiente- en una aislada casa antigua rodeada de nogales en un suburbio de Sacramento. Galen no sabe quién es su padre, ha crecido en una familia de mujeres, marcado por la figura de un abuelo maltratador y de una herencia por cobrar que levanta las más oscuras disputas.

Obsesionado con la idea de que la suya es un alma antigua que debe desprenderse de su cuerpo, Galen vive prisionero de un hambre voraz: se somete a grandes ayunos que terminan en atracones y vómitos descontrolados; desea fervientemente a su prima Jeniffer y traspasa, sin saberlo -quizás sin desearlo- la línea que separa la locura de la soledad. Frágil y a la vez feroz, su historia ni redime ni justifica. Galen es tan bello como aterrador; una brecha supurante en las páginas de una novela magistral. En Tierra no existen buenos o malos, culpables o inocentes,  sólo seres débiles y extraviados que Vann moldea con la destreza del que conoce la arcilla fina que tiene entre los dedos.  

-Su novela en España se tradujo como Tierra, pero el título original es Dirt, una palabra que alude más bien a lo sucio, a la inmundicia.

-El título español me gustó porque habla del sueño romántico que tiene Galen: la inocencia. Él desea quemar su cuerpo y su mente. Quiere regresar al jardín del Edén. Tierra evoca muy bien ese sueño. El titulo inglés, Dirt, hace justo lo opuesto. Pone de manifiesto el fracaso de ese sueño, lo denigra. En inglés dirt significa polvo, inmundicia,  lo más bajo. Los dos títulos hablan de lo mismo de formas distintas: uno expresa un sueño y el otro, el fracaso de ese sueño.

-En Sukkvan Island retrató el sufrimiento de un hombre, a partir del suicidio de su padre; en Caribou Island reflexionó sobre la naturaleza de la pareja y ahora, en Tierra, se propone desgranar en parentesco como ferocidad a través de una familia llena de secretos. ¿Por qué?

-En realidad pienso que  esta novela es una historia sobre una relación primaria, elemental, entre una madre y un hijo. Y sí, sin duda, trata de la familia cuyos miembros están enlazados por el odio, el amor y el legado  de violencia de un abuelo maltratador, y que pasa de generación en generación. Sin embargo, lo que realmente planteo es una tragedia griega. La tragedia siempre suele basarse en relaciones fundamentales: marido y mujer, hijo y madre, padre e hijo… En fin, relaciones primarias sometidas a una gran presión, hasta que los personajes se desmoronan y se revelan. Galen y su madre se quieren y quieren lo mejor el uno para el otro, pero van a acabar destruyéndose por su propia naturaleza.

-Le comparan con McCarthy justamente en la idea de una historia violenta de los EEUU. Sin embargo, según dicen quienes conocen su obra, en McCarthy lo violento proviene de fuera, mientras que en sus personajes es interior, una pulsión autodestructiva.

-Efectivamente, es lo que siempre trato de explicar acerca de la diferencia entre él y yo.  McCarthy  viene de una tradición del terror, pero en la tradición dramática la amenaza viene de dntro. El problema forma parte del personaje principal que se ve dividido y el antagonista que enfatiza esa división. Lo que ocurre en este libro, entre la madre y e hijo, que es terrible, es algo que ninguno de los dos quiere que ocurra pero refleja como un espejo los problemas que hay en cada uno de ellos.

-En Tierra, la violencia proviene de lo masculino. Sin embargo, las mujeres de esta historia se revelan como seres crueles, feroces, que devoran a la vez que aman.

-La violencia tiene su origen en un hombre, el abuelo, pero luego las mujeres se convierten en las que aplican esa violencia y la transmiten a las siguientes generaciones. Helen acaba siendo violenta con su hija, aunque lo que quiere es protegerla. Pero la razón por la que la hiere es la ira que guarda desde niña por no ser protegida. Es una clásica figura de la tragedia griega. Todos mis libros exploran la violencia y desesperación de los varones. En Sukkvan Island, el protagonista recrimina su propia violencia a una mujer y luego en Caribou Island hay cuatro parejas, hombres y mujeres. En este libro Galen y su madre forman una especie de matrimonio. Él está allí como un esposo, a la vez que ella le condena,  a modo de castigo contra el padre. En el fondo, toda la novela trata de la relación entre hombres y mujeres.

-Galen es un chico famélico que, sin embargo, posee un hambre autodestructiva. ¿Qué intentó escarbar en esa relación atrofiada con la comida?

-Galen quiere deshacerse de su cuerpo pero al mismo tiempo tiene un hambre voraz, de comida y de sexo. Busca un significado. Quiere encontrar un relato en que él sea el protagonista. Lo que la gente no entiende de los trastornos alimentarios es que son una crisis personal, relacionada con el control. Galen no puede controlar las cosas más importantes de su vida: no tiene trabajo, no tiene futuro, sigue viviendo con su madre, se siente manipulado en muchas formas pero sí que controla la comida y eso lo vuelve neurótico. Galen lo que quiere es vomitar a su familia, deshacerse de ellos; también de sí mismo.

-Usted escribió un libro llamado Last day on earth, dedicado a las matanzas con armas de fuego en las escuelas de EEUU. Sin duda, la violencia le compete.

-Aquel fue un encargo de un editor de una revista. Yo no hubiese escrito eso de no habérmelo pedido. Fue muy oscuro y deprimente trabajar en ese proyecto. Es muy fácil sacar un perfil estándar de estos asesinos, porque en el fondo, no tenemos deseo ni voluntad en el país para resolver ese problema. Es interesante ver que son todos hombres los que llevan a cabo esas acciones. Son hombres, jóvenes, sin mucho dinero, políticamente de extrema derecha y muchos tienen problemas mentales. Es una locura que no se haga más en EUU para resolver ese problema cuando hay un perfil tan claro. Nosotros tenemos el país más violento del mundo por armas de fuego y no hacemos nada por evitarlo, porque el lobby de los grupos pro-armas es muy fuerte. Es mucho más mortífera la posesión de armas de fuego en EEUU que en cualquier país en guerra. Sólo las muertes por pistolas alcanzan la 10.000 al año.

-¿De dónde proviene esa violencia?

-En parte de la política de derechas, también de esa  filosofía que hace que prevalezca el individuo por encima del resto de la sociedad. Eso es una cosa particularmente estadounidense. Pero hay también otras razones culturales que llevan a ello: la política, el ejército, la disponibilidad de las armas, la falta de servicios médicos para tratar a la gente que tiene problemas mentales, también el hecho de que se trata de una sociedad fragmentada, con un gran aislamiento entre unas personas y otras.

-No se lo pregunto en vano, porque Galen, el protagonista de Tierra, está tocado también por esa pulsión.

-Sí y no es accidental. Caribou Island, Tierra y la próxima novela, Goat Mountain, fueron escritas después del libro sobre el tiroteo. Cada una da una respuesta diferente a la pregunta que me hace sobre de dónde viene la violencia. De hecho, justo me acabo de dar cuenta, en esta conversación, que todas estas novelas se han visto afectadas por ese libro sobre la violencia en los colegios… En el fondo, lo que intento es comprender la violencia. Provengo de una familia con cinco suicidios y un asesinato. Intento, todavía ahora, comprender por qué la madre de mi madre mató de un disparo a su marido y luego se disparó a sí misma, o por qué mi padre se suicidó.

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