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Cultura

Joaquín Sorolla celebra su 150 aniversario sin ocupar el lugar que merece

Joaquín Sorolla es el mejor pintor español de su tiempo pero, cuando se cumplen 150 años de su nacimiento, "no está en el sitio que debe en la historia del arte", en opinión de Tomás Llorens, experto en el artista valenciano. Lloren lamentó, en declaraciones a Efe, el hecho de que Sorolla haya desaparecido de los escenarios internacionales "debido a una historia del arte ridícula y mal contada".

Una de las aportaciones más importantes "del maestro de la luz" es que incorporó al arte español de finales del siglo XIX la gran corriente de naturalismo que se desarrollaba en Europa. "No solo la incorporó sino que fue uno de los creadores con una personalidad más marcada y uno de los mejores pintores internacionales en ese momento", en opinión del conservador jefe del Museo Thyssen entre 1991 y 2005.

El éxito de la pintura del artista valenciano se basó en su capacidad cromática, en su forma de recurrir y usar el color. "Como todos los grandes pintores de la historia, el color en Sorolla es extraordinariamente personal, con una paleta inconfundible". Este sentido del color "lo pone al servicio de la descripción verídica, la realidad que le rodea. Lleva la tradición de la pintura al aire libre a su punto máximo".

Su pintura es parecida a la Monet o a la de Sisley, "pero mientras que estos interpretan la luz natural y la convierten en lenguaje pictórico de un modo sistemático y codificado, Sorolla lo hace de forma intuitiva, espontánea". Sorolla es uno de los pintores preferidos por el público español, como lo muestra el que la exposición que el Museo del Prado le dedicó en 2009 se convirtiera, con casi 460.000 visitantes, en una de las más exitosas de la pinacoteca, después de la mítica sobre Velázquez.ç

"Sorolla no está en el sitio que merece en la historia del arte".

"Gusta a la gente por que es un pintor muy bueno e intuitivo. El publico se identifica fácilmente con él", en opinión de Llorens quien argumentó que muchas veces se piensa que el naturalismo supone una especie de rechazo de la belleza para centrase en los aspectos más sórdidos de la vida humana. Esto no ocurre con Sorolla, pintor que disfruta con lo que hace. "Para él la vida es una fuente de disfrute y de gozo. Tiene un gran sentido de la belleza y un instinto estético extremadamente desarrollado. Esa sensibilidad es lo que llega a la gente y hace que sea un pintor tan popular".

La exposición del Prado fue la primera gran antológica que el museo dedicó al artista valenciano y en ella se pudieron contemplar los catorce paneles que componen "Visión de España", pintados por Sorolla para la "Hispanic Society of América" por encargo del hispanista y millonario norteamericano Archer Huntington. Esta obra "es una gran problema". Lo fue para Sorolla y lo es para los historiadores. "Para él fue un gran proyecto y, en algunos momentos, pensó que podía ser su obra maestra por lo que se embarcó con un entusiasmo y una capacidad de trabajo increíble". Proyecto de proporciones gigantescas, casi sobrehumano, "no acabó sintiéndose a gusto y se convirtió en una cruz más que en una gran creación".

Durante los años en que trabajaba en la Visión de España, se desarrolló en su obra "una sensibilidad nueva, mucho más personal y mucho más interesante para nosotros, que es la de los jardines de la ultima época. A estos Jardines de luz está dedicada la exposición que se muestra en el Museo Sorolla de Madrid tras su exhibición en Granada y en Ferrara (Italia), y de la que es comisario Tomás Llorens, quien también comisarió la que en el 2006 dedicó el Museo Thyssen a John Singer Sargent y Joaquín Sorolla.

"La historia del arte de finales del XIX y del XX está muy mal contada"

En esta muestra, Llorens quiso rescatar a dos importantes pintores que, en su opinión, se encuentran en el olvido. "Sorolla no está todavía en el sitio que debe. El rechazo que sufrió a partir de los años 20 por la actitud antinaturalista y un poco tristona de la intelectualidad española pesa todavía mucho en la recepción critica de su obra".Esas actitudes de menosprecio han provocado que un artista como él, "haya desaparecido de los escenarios internacionales. Es muy conocido en España y muy poco fuera". La historia del arte de finales del XIX y del XX "está muy mal contada, como una batallita de vanguardistas contra burgueses. Es una historia ridícula que todavía se enseña, por lo que los historiadores debemos enfrentarse a ese periodo y abrir un relato cerrado y estéril".

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