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Cultura

El Octavio Paz ‘más catalán’ se deja ver en Barcelona

Es, por decirlo así, un filón catalán dentro del año del premio Nobel Octavio Paz. Nacido un 31 de marzo de 1914 –el año de la Gran Guerra, cuatro después de la Revolución Mexicana-, Octavio Paz celebra en 2014 el centenario de su nacimiento. Como parte de los homenajes y revisiones de la figura del poeta, en el Consulado de México en Barcelona se exhibe la muestra Escritura indeleble del incendio.

Comisariada por Aurelio Major, la exhibición muestra la intensa y continuada relación de Octavio Paz con Cataluña a través de numerosa correspondencia inédita con autores como Joan Miró, Tàpies o Pere Gimferrer. Todo comienza a partir de 1961, cuando el poeta acudió a Mallorca como jurado de los premios Formentor, invitado por el editor catalán Carlos Barral, y donde además inició una larga amistad con Jaime Gil de Biedma y Jaime Salinas.

En la exposición se suceden documentos inéditos como una carta de Paz a Joan Miró de 1974, otra a Carlos Barral de 1978, así como una misiva dirigida a Tàpies con quien publicó "Petrificada petrificante". Se incluye también un dibujo que hizo Octavio Paz en 1991 a propuesta de Hans Meinke, el alemán afincado en Barcelona Hans Meinke, que publicó sus obras completas en Círculo de Lectores.

Comisariada por Aurelio Major, la exhibición muestra la intensa y continuada relación de Octavio Paz con Cataluña

El dibujo, titulado Soledumbres, el único que se conoce de Paz y que fue realizado en recuerdo de algunos de los personajes que lo recibieron en el puerto de Barcelona en 1968, el primer punto europeo adonde llegó Paz tras su renuncia como embajador en India.

Se exhiben otros documentos. Entre ellos, las primeras ediciones de la antología poética La Centena (1935-1968), el segundo libro de Paz publicado en España, después del que se había editado en Valencia en 1937 bajo el título Bajo tu clara sombra y otros poemas.

Además de su cercana relación con Pere Gimferrer, que fue su editor en Seix Barral, es posible explorar las muchas otras ramificaciones de lazos de afecto y colaboración de Octavio Paz con Antoni Tàpies, Joan Brossa, Josep Palau Fabre y Josep Maria Castellet, así como con otros escritores y artistas más jóvenes como Andrés Sánchez Robayna, Frederic Amat o el poeta colombiano y catalán Nicanor Vélez.

Además de su cercana relación con Pere Gimferrer, que fue su editor en Seix Barral,Paz tuvo relación con Vázquez Montalbán o Tàpies

En la carta a Miró, Paz anota: "En todo gran artista hay alegría no sólo en el hacer y en el inventar, sino también en el destruir y el desgarrar -otras formas del crear- y esto es particularmente cierto en la obra de usted". Posteriormente, Paz dedicó un poema de diez versos a Tàpies, uno de los cuales da título a la exposición, del que se ha seleccionado una obra creada en 2008 por el pintor barcelonés para recordar el décimo aniversario del fallecimiento del poeta.

Se muestra asimismo el ensayo Los pasos contados, publicado por la revista Camp de l'Arpa, entonces dirigida por Manuel Vázquez Montalbán, en la que, ha explicado Major, "Paz hace una revisión de sus lecturas formativas como poeta, un ensayo que no se recogió en sus obras completas".

La exposición, que abre con una reseña de La Vanguardia del 18 de julio de 1937, que da cuenta de la participación de Paz en un mitin antifascista internacional, se cierra con la primera edición del poema Blanco, diseñado por el barcelonés Vicente Rojo, que se muestra junto a algunas ilustraciones y la versión en vídeo de la escenificación que hizo Frederic Amat de este libro.

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