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Cultura

Sinde llama "resentido" a Cebrián en un artículo publicado en JotDown

"He sido criada en la creencia de que la prensa es importante y quiero explicar por qué los cambios en el diario El País son importantes para la cultura, para este tipo de gente extravagante que somos los intelectuales, los de la farándula, las artes y aledaños". Con esas palabras, publicadas en Jot Down, la ex ministra de Cultura, cineasta y guionista Ángeles González Sinde ha unido su voz al coro de reclamos ocasionados por el reciente ERE que afecta a 129 periodistas de la redacción de El País, que este fin de semana tuvo su episodio más conflictivo tanto por la comunicación del cese de los reporteros como por la publicación de una tribuna sin firma - según publicó Vozpópuli,  habría sido redactada por Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa- en la cual se explicaba las supuestas razones del despido.

El tono del texto, en un comienzo nostálgico y teñido por una más que excesiva sentimentalidad, alude a los empresarios fundadores de El País –entre ellos a Jesús Polanco- (“Ellos pensaban que los españoles podíamos ser espectadores de cine y tele, oyentes de radio y lectores de prensa, ensayo y literatura mejores de lo que nosotros mismos creíamos", dice) para asumir luego una inflexión más agresiva y recriminatoria en la que, a pesar de no pronunciar nombre específicos, alude a la junta directiva del Grupo Prisa, responsable de la tribuna sin firma mediante la cual El País justificó ante sus lectores el despido de más de un centenar de periodistas, y a los cuales califica de tener una actitud de resentimiento ante la reprobación moral con la cual los sectores de la cultura han recibido el expediente de regulación de empleo del diario .

“En el artículo que los jefes supremos firmaron el 11 del 11 del 12 se les nota como resentidos o dolidos con todo el alboroto que hemos armado los intelectuales, los de la farándula, los de las artes y compañía con una reducción de personal que no es distinta de las que están haciendo todas las empresas españolas grandes, medianas o pequeñas que se precien. Sienten que se lo reprochamos pública e injustamente. ¡¡Incluso los colaboradores les han ofendido!! Pero es que esta reducción es distinta”.

Ángeles González-Sinde: "En el artículo que los jefes supremos firmaron el 11 del 11 del 12 se les nota como resentidos o dolidos"

Al intentar relativizar los despidos de El País con los ocurridos en otros medios, Sinde se explaya en una serie de argumentos con los que singulariza los compromisos morales del diario a la vez que mete el dedo en la llaga: “El sábado por la noche cuando ya sabíamos de los despidos, cené con unos amigos del cine. Le pregunté a uno que es guionista qué le parecían. Me contestó “Estoy indignado” y yo le repuse “pero otros periódicos como El Mundo también han despedido a mucha gente” y él me contestó “ya, pero El País es el periódico que he leído toda mi vida”. A lo que yo añadí “y te hizo una promesa”. El País empezó a hacernos promesas el 4 de Mayo de 1976. Nos prometió que tenía, ante todo, un estándar moral mayor que cualquier otro diario. Que tenía valores. Que coincidían con los nuestros”.

Después de señalar que “los jefes supremos” –aludiendo a la cúpula editorial de El País- “han hecho cosas que no nos han parecido bien. Han tomado decisiones o se han arrogado papeles de garantes de la democracia en los que quizá se han excedido” o que incluso “se han llegado a creer moralmente superiores a los otros periódicos, a los gobernantes, a las instituciones e, incluso, a sus lectores”, Ángeles González Sinde se detiene, a manera de cierre, en el “lento desguace” de un grupo “empresarial de comunicación con sensibilidad que no tiene sustitución”.

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