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El Buscón

La mentira de Puigdemont: sólo le apoya el 9% del Parlamento danés

Raül Romeva, Carles Puigdemont y Francesca Guardiola.

La "gesta diplomática" de la que presumió este viernes el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y su conseller de Exteriores, Raül Romeva, no es sino otro ejemplo más de las fake news (paparruchas) que está dejando el procés en esta recta final hacia el 1-O. "Diputados de la mayoría de partidos daneses dirigen una carta demoledora al Gobierno español y le instan al diálogo con Cataluña", destacó el jefe del Ejecutivo catalán en las redes sociales. Nada más lejos de la realidad.

Los 17 diputados daneses que suscribieron la misiva sólo representan el 9,5% del Folketinget, la cámara de representantes del país escandinavo formada por 179 escaños. Además, los firmantes pertenecen, en su mayoría, a partidos radicales y minoritarios, de extrema izquierda, extrema derecha, verdes y republicanos, a excepción de dos socialdemócratas. Ninguno de ellos es miembro de las formaciones que integran el Gobierno danés: el Partido Liberal del primer ministro Lars Løkke Rasmussen, Alianza Liberal y el Partido Conservador. 

El Ejecutivo danés ya dio plantó a Puigdemont, Romeva y su delegada en los países nórdicos, Franscesca Guardiola, hermana del extécnico del FC Barcelona, cuando el pasado agosto viajaron a Copenhague a la inauguración de una nueva embajada de la Generalitat. 

Así mismo, uno de esos parlamentarios que suscriben la carta, Uffe Elbæk, exministro de Cultura, tuvo que dejar su partido, La Izquierda Radical, en el año 2013 tras verse involucrado en un caso de conflicto de intereses. Luego fundaría la formación verde The Alternative

El texto de la misiva es el siguiente:

"Nosotros como miembros electos del Parlamento danés, Folketinget, nos gustaría expresar nuestra más sentida preocupación viendo la situación en Catalunya, la cual ha llegado a un punto crítico.

Instamos al Gobierno español a jugar un rol constructivo que anime el diálogo político, enseguida.

Esta semana hemos visto otra vez, como llevamos haciendo durante seis años, en torno a un millón de personas en Catalunya saliendo a las calles de manera pacífica, pidiendo un referéndum.

No entendemos porque las autoridades españolas no están reaccionando ante esta petición, y porque no hay voluntad de establecer un diálogo e intentar enderezar este problema político.

En una democracia, las amenazas judiciales y las respuestas legales no son la solución. Los políticos, no los jueces o las fuerzas policiales, son los que tienen que resolver las tensiones políticas en cualquier país europeo y democrático.

Las crecientes amenazas a funcionarios, diputados, alcaldes, medios... no pueden ser la solución de cualquier problema político"

Los debates en el Parlament catalán -de hecho, en cualquier Parlamento democrático- no pueden llevar a un proceso judicial a cargo del Gobierno español contra el Presidente catalán y su equipo, en medio de la erosión de la separación de poderes.

Las acciones represivas de los últimos días, las crecientes amenazas a funcionarios, diputados, alcaldes, medios, compañías y ciudadanos no pueden ser la solución de cualquier problema político.

Nosotros, diputados que representamos un país democrático, estamos cada vez más preocupados por esta aparente falta de habilidades políticas para hacer frente, a lo que es esencialmente, un reto político.

Es necesario involucrarse, cuanto antes mejor, en un diálogo político: la única manera de suavizar las tensiones y acompañar las transformaciones. Ponerse de acuerdo y la colaboración serán las únicas formas de lograrlo".

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