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El Buscón

El Rey pidió respeto para la inmersión lingüística catalana y así se lo pagó Artur Mas

La petición fue anterior a la andanada soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, pero fuera porque algo se olía Don Juan Carlos o por pura casualidad, ya había pedido a algunos responsables de medios críticos con la inmersión lingüística en Cataluña que moderaran su discurso contra la lengua catalana para no alimentar las posiciones más secesionistas pero, también, con el objetivo de no molestar al conjunto de la sociedad catalana, muy sensible con esta cuestión al margen de posicionamientos políticos.

Las palabras del Rey, sin embargo, no parecen haber servido para embridar a Mas, dispuesto a montarla y hasta a montársela al Rey, con quien no ha querido ni posar en algún acto oficial en el que han coincidido bajo el argumento de problemas protocolarios. Sin embargo, el candidato de CiU a la reelección no reniega de la monarquía, a la que no ve como un cuerpo extraño, aunque sólo sea, --y así se lo ha dicho a algunos de sus interlocutores, entre ellos, el próximo lendakari, Íñigo Urkullu--, porque el Príncipe Felipe también lo es de Girona.

Tras el intento del Rey de templar gaitas vino una carta demoledora en la página web de la  Casa Real en la que criticaba la "quimera" de la independencia al tiempo que apelaba a la unidad para superar la crisis económica. Ahora la posición contemporizadora viene de la mano del Príncipe de Girona, quien el pasado 12 de octubre, durante la tradicional recepción con motivo de la Fiesta Nacional, afirmó en un corrillo de periodistas que “Cataluña no es un problema” porque confía más "en la Cataluña real que en la espuma que estamos viendo con lo que hacen unos y otros”.

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