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El Buscón

La colombiana rompecorazones… ¿en el regazo de un ministro de Rajoy?

La bella colombiana Olga María Henao tiene entre los diputados canarios que trabajan en el Congreso una fama bien ganada de rompecorazones. Quienes la conocen de antiguo, y no son pocos, recuerdan que estuvo casada con un comandante de la Guardia Civil y que el matrimonio se rompió de forma brusca y poco amistosa. Tanto, que ella decidió poner el pleito en manos de un capitán del cuerpo jurídico adscrito al benemérito instituto, algo que no sentó nada bien a su entonces marido y levantó una sonora polémica en las filas del cuerpo.

El hecho es que el carácter extrovertido de la mujer la puso enseguida a tiro sin que ella se molestara en disimularlo. Así nació su relación con el presidente extremeño, José Antonio Monago, en su etapa de senador, un hombre de carácter aparentemente humilde al que le gusta contar que él, en realidad, iba para bombero y que fue su madre la que un día, mientras redactaba una instancia para entrar en el servicio contraincendios, le convenció de que lo suyo, por vocación, era la política y que tenía que dedicarse a ella en cuerpo y alma. Dicho y hecho.

Las conjeturas corren como la pólvora

La relación de la colombiana con Monago duró lo que duró, hasta que tomó el reemplazo el exdiputado turolense Carlos Muñoz Obón, tan entregado a la exuberante mujer que llegó a romper su matrimonio. Esta relación se desplomó el pasado agosto después de consumir también decenas de viajes del parlamentario a las islas, razón última que le ha llevado a renunciar a su escaño dejando en mal lugar al propio Monago, aferrado a su sillón presidencial.

El caso es que los rumores que ahora circulan por el PP vinculan a Olga María Henao con un ministro del Gobierno, un hombre de buena hechura que no necesita justificar con pretexto alguno sus viajes a una de las zonas de España mejor favorecidas por el buen clima y menos aún incurrir en los riesgos que han acabado poniendo a Monago y a Muñoz Obón en la picota. Las conjeturas corren como la pólvora y van camino de convertir a la colombiana en una profesional de las fantasías con amplia experiencia en el trato con políticos felizmente casados. La lindeza latina ha llegado para quedarse en los corrillos del Parlamento.

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