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El Buscón

¿Qué ministro del Gobierno resulta que también maltrata a su esposa?

Un vodevil. En eso se ha convertido la política catalana. Un sainete donde hay de todo: políticos corruptos, espías a mogollón, señoras maltratadas, periodistas que hacen de go-between, cuerpos policiales que se vigilan, dineros públicos que desaparecen… Una verdadera pena que autores de la talla de Muñoz Seca y otros de idéntico porte hayan desaparecido (por no remontarnos a la comedia palatina de nuestro Siglo de Oro), verdaderos maestros de la comedia de enredo, porque si hubieran vivido lo suficiente para haber visto lo que hoy acontece en la rúa catalana literalmente se hubieran forrado. Un filón inagotable el catalán.

Resulta que la agencia de detectives Método 3 grabó en julio de 2010 la conversación que en el restaurante barcelonés La Camarga mantuvieron María Victoria Álvarez, ex novia del delfín de CiU Jordi Pujol Ferrusola, un chico que iba para emperador, por lo menos, de la marca catalana y territorios anexos, y la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, mientras compartían mesa y mantel. Método 3 grabó la conversación a petición del exsecretario de organización del PSC, marca catalana del PSOE, José Zaragoza, número dos del partido.

Como es fácil imaginar, un almuerzo entre la amante despechada de un político y una política de un partido de la oposición da para mucho, a poco que entre las comensales se establezca un mínimo vínculo de confianza mutua. Se estableció. Álvarez y Sánchez-Camacho intercambiaron confidencias, sueños rotos, aventuras pendientes, ilusiones, fracasos… Cortaron trajes a la medida a no pocos personajes, particularmente varones, de la política y fuera de ella, y ya metidas hasta las cachas en harina, la ex del dirigente de Convergencia relató con detalle lo que su compañera de almuerzo quería oír: los malos tratos a los que se vio sometida por parte del héroe Pujol Ferrusola.

El intercambio llegó a ser tan franco que, en un momento determinado, la dirigente del PP catalán soltó una bomba en forma de frase lapidaria que hoy tiene revolucionado a medio CiU y a medio PP, es decir, a la parte “enterada” de ambos partidos. Dijo tal que así la Sánchez-Camacho:

-No te preocupes, hija, nosotros también lo estamos pasando muy mal: resulta que Fulano de Tal ahí donde lo ves también le pega a su mujer, y no veas la que tenemos montada y lo que pasaría si esto se supiera aquí y en Madrid.

Resulta que Fulano de Tal es ahora ministro en ejercicio del Gobierno Rajoy y, a pesar de su apariencia tranquila, como de no haber roto nunca un plato, en el pasado tuvo que superar algún que otro episodio depresivo que requirió tratamiento especializado. 

Proteger la confidencia sobre los maltratos de Fulano de Tal

En su denuncia contra Método 3 por lo ocurrido en La Camarga, Sánchez-Camacho pidió al juez que expresamente prohibiera la difusión del contenido de la grabación. Por varios motivos, entre los cuales no es el menor el hecho cierto de que el lenguaje coloquial, y más si se trata de una conversación al amor de una copa de buen vino, es tan distinto y distante del ortodoxo lenguaje escrito, que ni siquiera un académico de la lengua pasaría la prueba de ver en letra de molde lo que uno es capaz de largar cuando se solaza ante un amigo sin sentirse un poco abochornado. Pero, por encima de todo, lo que la del PPC quería y quiere proteger es la confidencia que sobre los maltratos de Fulano de Tal, hoy ministro de Rajoy, a su esposa, ella misma hizo, un tanto imprudentemente, a Victoria Álvarez.

Por suerte para la dirigente popular, el jueves pasado el Juzgado de Primera Instancia número 21 de Barcelona, que instruye el caso de la denuncia de la lideresa, aceptó las medidas cautelares solicitadas por la acusación por vulneración del derecho a la intimidad y a la propia imagen, prohibiendo publicar o divulgar “los datos, hechos y manifestaciones contenidos en las grabaciones” realizadas en La Camarga.

En su denuncia contra Método 3 por lo ocurrido en La Camarga, Sánchez Camacho pidió al juez que expresamente prohibiera la difusión del contenido de la grabación

Pero los Mossos d’Esquadra conocen esa transcripción, porque la política catalana es una sentina por la que fluyen por vasos comunicantes las vergüenzas de todo hijo de vecino. Y los Mossos, es decir, la Generalitat, quieren que se publique esa conversación para aniquilar políticamente al ministro Fulano de Tal, y, de paso, a la mosca cojonera de la propia Camacho. Y la Camacho no quiere que eso suceda justamente por lo contrario, y porque su indiscreción podría originar otro maremoto en el PP. Y CiU, y en particular la familia Pujol, daría un ojo de la cara o un buen pellizco de su fortuna porque todo saliera a relucir, pero no tanto por los palos del hoy ministro a su santa, qué va, sino porque “de la transcripción parece deducirse que la exnovia de Jordi es una mujer con poco seny”, lo cual contribuiría a desacreditarla de una vez por todas, lo que es tanto como decir que ayudaría a restablecer el buen nombre del heredero político de Jordi Pujol padre.

Y a todo esto, el responsable de Método 3, el detective Francisco Marco, en el centro del vodevil catalán, no sale de su asombro:

-¡Pero qué cosas hay que oír; pero si aquí todo Cristo, todos los partidos, todos sin excepción, encargaron trabajos a Método 3…!

Durán i Lleida apunta bien

El enredo catalán se sazona estos días con la petición de Sánchez-Camacho de que no sean los Mossos d’Esquadra quienes cuiden de su seguridad -lo que posiblemente haría cualquier persona con dos dedos de frente, no obstante lo cual, la petición ha sentado muy malamente al personal nacionalista y asimilados, que en Cataluña son ahora mayoría-, porque quiere que esa tarea recaiga en el Cuerpo Nacional de Policía, y ello después de que La Vanguardia publicara este domingo que efectivos de la policía “española” identificaron el vehículo oficial del director de los Mossos, Manel Prat, cerca del domicilio de Marco pocas horas antes de que este fuera detenido. Como para fiarse.

Pasito a pasito, quien sigue apuntando en la buena dirección es el inefable Duran i Lleida, que ayer mismo dijo que la actuación de Sánchez-Camacho y sus argumentos para renunciar a la escolta de los Mossos son “razones políticas para apartar el foco de atención de la investigación sobre una conversación que ella mantuvo con otra señora en un restaurante”. Ahí le duele al de Lérida.

Frase de una fuente catalana, a cuenta de este interminable vodevil: ¡Es que hasta para jugar a los espías somos malos…!

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