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El Buscón

¿Se cargará Carmena el catering de Mallorca en los Plenos de Madrid?

Manuela Carmena presidiendo la nueva Junta de Gobierno del Ayuntamiento.

Desde hace años, a raíz de los largos plenos en el Ayuntamiento de Madrid, los concejales no pueden salir a la calle a tomar un café a media mañana o un bocadillo a la hora de comer, por ello, el antiguo alcalde José María Álvarez del Manzano montó en sus tiempos en un cuarto, detrás de la presidencia del Pleno (en la Casa de la Villa), un espacio donde los concejales del PP podían tomar un café que pagaban con el dinero del grupo. Hoy, tras el traslado del edificio de plenos a Cibeles, los nuevos regidores, el tándem Gallardón/Botella, hicieron extensible el refriegerio a toda la corporación a costa del presupuesto municipal.

El ambiente entre la Prensa y el Gobierno municipal aún es tenso tras la puesta en marcha de la página de desmentidos ‘Versión Original’

Esta modificiación de la iniciativa de Álvarez del Manzano fue realizada tan mal, que no se les ocurrió otra cosa que colocarlo en el patio de cristales a la vista de los funcionarios a los que les habían quitado una serie de derechos sociales por la crisis. El refrigerio, tras las justificadas protestas, se trasladó a un sótano y se mejoró la calidad del servicio: le fue adjudicado a Mallorca. Pero hoy este servicio podría tener sus días contados. En el último pleno, el espacio funcionó con normalidad e incluso se hizo un receso para reponer fuerzas. Acudieron ediles de todos los grupos. Populares y socialistas apostaban si la nueva alcaldesa iba a mantener el catering. Los más temerosos decían que quizá lo harían pagar a escote, en vez de que corriera a cargo del presupuesto público.

El improvisado bar es una de las pocas oportunidades que los periodistas tienen para hablar libremente con todos los concejales. El ambiente entre la Prensa y el Gobierno municipal aún es tenso tras la puesta en marcha de la página de desmentidos Versión Original. En el bar de Mallorca se habla con libertad, por lo que hay duda que los miembros más duros de Podemos permitan este dispendio con el presupuesto público

Hace muchos años había un bar en el Congreso de los Diputados, muy cerca de la llamada M-30, unos pasillos detrás del salón de plenos, que se convirtió también en un lugar de encuentro libre entre periodistas y diputados de todos los partidos, que con la llegada del PSOE se llegó a la prohibición de acceso a la Prensa.

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