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El Buscón

Luis María Ansón, empeñado en asistir al funeral del conde de Barcelona con tratamiento de rey

Don Juan de Borbón, en una fotografía de la década de 1990.

El próximo 20 de junio se cumplirá el centenario del nacimiento del infante Juan de Borbón y Battenberg, padre del rey Juan Carlos, efeméride que la Casa Real quiere conmemorar con una misa en la capilla del Palacio Real.

El periodista Luis María Anson, uno de los pocos monárquicos de corazón que existen en España, está empeñado en asistir al funeral del conde de Barcelona y su traslado al Panteón de los Reyes del monasterio del Escorial como el rey que nunca fue. En la actualidad, el cuerpo de Juan de Borbón, fallecido en 1993 en Pamplona, reposa junto al de su esposa en el pudridero, una estancia en el mismo monasterio donde se cubre con cal y durante 25 años a los cadáveres de los miembros de la familia real que se entierran en el Panteón, ello con la intención de reducirlos y poder introducirlos después en las urnas. En 2011 se publicó que la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, muerta en 1969, pasaría al Panteón después de 26 años de estancia en el pudridero.

Anson lleva años insistiendo en que ya se puede proceder al traslado del cuerpo del conde de Barcelona, sin necesidad de respetar ese cuarto de siglo -que se cumpliría en el año 2018- de reposo, tal vez, o al menos eso sospechan algunos, porque para entonces él mismo, que nació en un ya lejano 1935, tendría 83 años de edad, demasiado tiempo y demasiados años. El afamado periodista ya publicó en El Mundo, el 31 de marzo de 2009, un artículo reclamando dicho traslado: “Juan III fue enterrado por decisión de su hijo y del Gobierno socialista en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial. Ha llegado ya el momento, porque las técnicas modernas lo permiten, de trasladar los restos de Don Juan desde el Pudridero hasta el sarcófago de mármol que para él está preparado en el Panteón.”

Sin conocer a qué tipo de técnicas se refiere, sorprende que un defensor de las tradiciones dinásticas tan reputado como él quiera saltárselas a la torera, pero parece que sus deseos deben imponerse en este caso a las costumbres. Uno de los hábitos del ex director de ABC es acudir en el aniversario de la muerte de don Juan al Escorial “como todos los años, y sin faltar uno, a depositar flores rojas y amarillas ante el sarcófago en el que reposa Don Juan, bajo este rótulo: Ioannes III Comes Bercinonae” (El Mundo, 7-4-2013). La centralita de ABC ya no se bloquea, como antaño, con las llamadas de aprobación de los lectores a los artículos de su antiguo director, pero éste se resiste a abandonar la escena del gran teatro nacional.

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