Los vecinos de Aznar destacan que sigue en forma: "Sus escoltas tienen que ir en bici para seguirle"

José María Aznar cada año nos ha estado deleitando con el espectáculo de su tableta abdominal al lucir palmito de la playa, pero su trabajo le cuesta. Todos los días corre alrededor de 20 kilómetros y los vecinos de la zona de Boadilla y Monte Alina comentan que sigue siendo habitual verle por los parques de los alrededores, con un trote más que llama la atención por lo rápido.

Comentan que los escoltas le han tenido que seguir en bicicleta durante mucho tiempo, porque no podían mantenerle el ritmo ni en broma, aunque parece que ya no lleva dos ‘maderos’ pegados a todas horas y que su vigilancia se ha reducido algo. Cosas del paso del tiempo y la pérdida de relevancia política. 

Esos mismos vecinos le han maldecido en más de una ocasión: no era extraño que unos cuantos estuvieran corriendo en grupo y que les adelantara el ex presidente, encima con un “vamos chavales, que vais muy lentos…” o frase similar, lo que, evidentemente, provocaba reacciones asfixiadas tipo “la madre que le parió…” etcétera. 

La buena forma física de Aznar es algo conocido en todo el PP. Ahí estaba el bueno de Miguel Arias Cañete, habitual objeto de chanzas del líder, al que durante mucho tiempo le ha dicho que había que cuidar esa tripita y tal. Y bien complicado que lo tenía el ministro (ahora y antes), que lo mismo era invitado a comer por parte de unos agricultores, que se marchaba a Jerez, donde conoce a toda la plana mayor bodeguera de la zona.

Mientras tanto, Aznar ha seguido comiendo su verdurita, su carne o su pescado a la plancha y, como todo lujo, su copita de Ribera del Duero. Así, no es extraño que sus vecinos le tengan calado por lo rápido que corre.