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El Buscón

Ni rastro de Familia Real en el entierro del editor Lara

Los hijos y familiares de José Manuel Lara Boch trasladan el féretro a la Basílica de la Concepció de Barcelona

Nadie de la Familia Real acompañó a los Lara en el sepelio del editor más importante en lengua castellana. Se anunció, cierto, como una ceremonia carácter íntimo. Pero la basílica de la Concepción de Barcelona resultó insuficiente para acoger al medio millar largo de personas que quisieron dar el último adiós a José Manuel Lara Bosch, hijo por cierto de otro gran prohombre de nuestra cultura.

Una ceremonia íntima, en efecto, en la que estuvieron presentes tres altos cargos del Gobierno, con la vicepresidenta al frente, dirigentes políticos, empresariales, representantes del mundo dela cultura y de la sociedad civil de Cataluña, si es que tal término tiene ya algún sentido. Una despedida calurosa, plena de afecto y de reconocimiento por un gran hombre, que heredó un coloso y lo proyectó a la dimensión de un imperio.

Allí estuvieron, entre otros, Soraya Sáenz de Santamaría (vicepresidenta), Jorge Fernández Díaz (ministro del Interior), José Manuel García-Margallo (Exteriores), Artur Mas, Josep Piqué, Miguel Sebastián, Rodríguez Zapatero, Josep Montilla, Carme Chacón, César Alierta (Telefónica), Antoni Brufau (Repsol), Jaume Giró (La Caixa), Ángel Ron (Popular), Dimas Gimeno (El Corte Inglés) y un larguísimo etcétera. Financieros, escritores, editores, periodistas, gente del mundo de la comunicación... una representación muy amplia de los diversos sectores en los que Lara Bosch había desarrollado su actividad profesional.

Telegrama y palabras de duelo

No era malestar, pero sí cierta desazón entre los Lara, e incluso en alguno de los directivos del grupo Planeta, al no contar con la presencia de algún miembro de la Familia Real. Los reyes habían acudido, hace tan sólo unos días, al festejo con motivo del 25 aniversario de Antena 3, de la que el desaparecido editor era presidente. Hubo en esa animada soirèe, por parte de don Felipe, palabras de reconocimiento hacia Lara. Y no faltó, desde luego, el telegrama de pésame de los monarcas nada más conocerse el sábado la noticia de la triste desaparición.

Pero se esperaba algún gesto, sin duda por parte de don Juan Carlos, viejo conocido del editor, y de su padre, el fundador del grupo Planeta. Hubo quien recordó ayer a la salida de la iglesia, que el rey padre no tiene ahora una agenda oficial particularmente apretada como para no poder trasladarse a Barcelona a cumplir con uno de los nombres que más ha contribuido a la dimensión universal de nuestra lengua y nuestra cultura. Algunos asistentes le deslizaban a este Buscón que, por ejemplo, don Juan Carlos sí asistió, siendo rey ejerciente, en compañía de la infanta Elena, al entierro de Guillermo Luca de Tena, editor de ABC y otro nombre insustituible del mundo cultural español. Cierto que se trataba de una relación más estrecha, de verdaderos amigos. Pero...

Zarzuela no informa sobre la actividad del rey emérito. No se sabe por dónde anduvo este fin de semana. Pero en Barcelona, en la casa de los Lara, se le echó de menos. Los reyes don Felipe y doña Letizia estaban ayer precisamente donde correspondía, cumpliendo con su agenda oficial que, en este caso, en la entrega de las medallas de oro al mérito de las Bellas Artes. En este acto, el ministro del ramo, José Ignacio Wert, hizo una mención encomiástica hacia la figura del editor desaparecido. Pero el mayor desaparecido ha sido don Juan Carlos quien quizás aparezca en el funeral en memoria de Lara Bosch que tendrá lugar dentro de unos días.

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