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El Buscón

Margallo pasea en su barco por el Mediterráneo a la mosca cojonera del Gobierno

José Manuel García-Margallo, junto a Jorge Fernández Díaz e Isabel García Tejerina, en el patio del Congreso.

Muy comentados han sido este mes de agosto en el Gobierno los paseos en barco por el Mediterráneo del ministro de Exteriores, José Manuel García- Margallo, con el presidente de la Autoridad Fiscal Independiente, José Luis Escrivá, un economista que actúa como mosca cojonera del Gobierno en lo que afecta al control de las cuentas públicas. Exdirector del Servicio de Estudios del BBVA, Escrivá es un forofo de la costa levantina y ha podido compartir con el ministro que presume ser más amigo de Mariano Rajoy su visión sobre la situación económica internacional a partir de la experiencia que antes de entrar en la AIReF acumuló en el Banco Central Europeo y el Pago de Pagos Internacionales. Pero los motivos por los que se comentan en el Gobierno las andanzas veraniegas de García-Margallo y Escrivá son otros.

Este mes de agosto también ha trascendido que después de soñar con ser vicepresidente económico y ver las dificultades que entraña este objetivo a la vista del bloqueo político forzado por el PSOE y las exigencias de Ciudadanos, García Margallo se conformaría con ser ministro de Administraciones Públicas, competencias que ahora recaen a nivel de secretaría de Estado en el Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro. El titular de Exteriores trabaja para elevar el rango de este área de Gobierno porque considera que la reforma de la Administración pública sigue siendo una asignatura pendiente y él está dispuesto a coger el toro por los cuernos para aportar algo que el propio Mariano Rajoy no pudo o no quiso encarar cuando ocupó esta misma cartera, con Jorge Fernández Díaz como segundo, entre los años 1996 y 1999, bajo la presidencia de José María Aznar.

En el Gobierno se sospecha que García-Margallo persigue darle a Escrivá mayores competencias de las que ahora tiene y encajarle en su equipo de Gobierno. De todo ello se cree que han podido hablar en el barco que el ministro de Exteriores tiene amarrado en Jávea, donde ha comentado también con el presidente de la AIReF los crecientes problemas que encuentra para sacar adelante algunos de sus proyectos debido a los obstáculos que casi siempre encuentra en la fontanería que dentro de La Moncloa controla la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

García-Margallo es de los que creen que si Rajoy consigue superar la investidura y prorroga su estancia al frente del Gobierno, no tardará mucho en buscar un sucesor que pueda relevarle al frente del PP en cuando las condiciones le sean propicias. A juicio del ministro, el que tiene más papeletas es Alberto Núñez Feijóo, siempre que revalide el último domingo de mes su mayoría absoluta en Galicia y retenga la presidencia de la Xunta. El ya no se ve para estas aventuras porque confiesa que se le ha pasado el arroz.

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