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El Buscón

Fernández Díaz expía sus pecados alojando a 200 peregrinos en la Escuela de Policía de Ávila

El ministro, en una visita a Fitero (Navarra), dando rienda suelta a su pasión religiosa.

A Dios rogando y con Rato reuniéndose. Jorge Fernández Díaz anda estos días de agosto de penitencia. Su encuentro con Rodrigo Rato en su despacho ministerial le obligará a acudir al Congreso de los Diputados a confesarse y, si llega el caso, rezar tres avemarías y dos padrenuestros por poner el hombro al que fuera vicepresidente del Gobierno con José María Aznar para que llorase sus penas judiciales. Lo cierto es que estos mismos días, Rato no ha sido el único acogido en dependencias del ministerio que, como en su día bautizó este Buscón con gran éxito de audiencia y público, es cada vez más 'monasterio' y menos departamento gubernamental. 

Se da la circunstancia de que las dependencias de la Escuela de Policía en Ávila están sirviendo desde el pasado lunes y hasta el viernes próximo de alojamiento a un par de centenares de personas, en su mayoría religiosos de la Orden del Carmelo, que asisten al Encuentro Teresiano Internacional que se desarrolla en la ciudad de la muralla para conmemorar el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, a la que el ínclito ministro profesa públicamente gran devoción. Basta recordar cómo el ahora penitente Fernández Díaz se mostró el pasado mes de enero convencido de que la mística estaba siendo "intercesora" para España "en estos tiempos recios" que estaba atravesando el país hasta que llegó su amigo Mariano Rajoy.

A este curioso Buscón, que cuenta con buenos amigos entre las Fuerzas de Seguridad del Estado, le aseguran que la decisión de Fernández Díaz de ceder las instalaciones para alojar a los asistentes a un acto de claros tintes religiosos que durará cinco días no ha caído especialmente bien entre los agentes. Hay quien asegura que un Estado laico debe evitar dar trato de favor a una religión y, en este caso, está claro que los asistentes son en su mayoría frailes y monjas a los que, insisten, les saldrá la estancia gratis. Otros recalcan que la presencia en las instalaciones de tanto peregrino teresiano procedentes de 21 países obligará a reforzar -y, por tanto, a gastar más-, la seguridad del recinto, que en agosto de suele reducir al mínimo precisamente para ahorrar dada la falta de actividad docente.

Sea por una razón o por otra, lo cierto es que la decisión del ministro de seguir 'monasterizando' las dependencias policiales no ha gustado nada y ya hay quién se pregunta si tanta generosidad con los peregrinos de su idolatrada Santa Teresa de Jesús no busca en realidad expiar sus pecados. Y no se refieren al sacrílego encuentro con Rato en su despacho, que se produjo una vez que ya estaba organizado el desembarco 'carmelita' en la Escuela de Policía de Ávila, sino a tantas y tantas meteduras de pata que jalonan su estancia en Interior y que han convertido a Fernández Díaz en objeto de crítica para la mayoría de los integrantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado y en mina de chascarrillos para este Buscón travieso. 

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