Quantcast

El Buscón

Los ricos asturianos de antaño y la misteriosa herencia de don Juan de Borbón

Pues no, resulta que no, que Don Juan Carlos de Borbón no llegó al trono con una mano avanti y la otra in dietro, como hasta ahora se suponía, sino bien forrado por una misteriosa herencia que, de creernos la historia que ahora nos cuentan, procedería de la fortuna acumulada por su padre, Don Juan de Borbón y Battenberg, otro a quien siempre se le supuso más tieso que la mojama, quien a su vez la habría heredado de su padre, el Rey Alfonso XIII. Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena ya venía rico por parte de madre, la regente María Cristina de Habsburgo-Lorena y, por si ello fuera poco, él mismo se implicó en no pocos negocios e industrias que en la primera mitad del XX se montaron en España al albur de la abundancia de dinero propiciada por la neutralidad española en la Gran Guerra y la paz social que significó la dictadura de Primo de Rivera. Por participar, Alfonso XIII incluso participó en una productora de películas pornográficas, de nombre Royal Films.

En su testamento, el Rey derrocado favoreció al infante Juan en perjuicio de su hijo mayor, el infante Jaime, postergado por su sordomudez, y de sus hijas Beatriz y Cristina. El régimen franquista, que había devuelto a Alfonso XIII las propiedades incautadas por la II República, caso de los palacios de La Magdalena (Santander), Miramar (San Sebastián) y la isla de Cortegada (Arosa), corrió con muchos de los gastos del conde de Barcelona una vez que éste, su mujer y sus cuatro hijos se instalaron en Estoril.

El régimen franquista corrió con muchos de los gastos del conde de Barcelona y su familia

Sin embargo, las facturas debían de ser numerosas, porque para obtener dinero de bolsillo el pretendiente llegó a cobrar las fotografías que se hacían los juanistas con él, como ocurrió el día de San Juan de 1948. Su socio en el 'negocio' fue el fotógrafo César Cardoso.

El infante Juan contó también con el apoyo dinerario de la aristocracia, la misma que había abandonado a su padre el 14 de abril de 1931. Por ejemplo, se hacían colectas entre los Grandes de España y otros miembros de la nobleza que se entregaban al pretendiente o a sus administradores, uno de los cuales fue el conde de los Gaitanes. ¿Cómo se sentirían ahora -de seguir vivos- esos aristócratas que durante décadas sostuvieron con su dinero al Conde de Barcelona, al enterarse de que su protegido, según cuentan los cuentacuentos, en realidad murió rico...? La aristocracia asturiana, carente entonces de Gaitanes, fue más inteligente y no se limitó a aflojar la bolsa.

Acciones para la Corona

Aunque en 2013 Asturias registra más parados que en los años más duros de la reconversión industrial, durante el franquismo fue un emporio de riqueza en el que estaban representados todos los sectores económicos: minas, astilleros, pesca, siderurgia, vaquería… Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa estaban obligados a comprar y quemar carbón asturiano. La burguesía y la aristocracia del Principado promovieron numerosas empresas, la mayoría de ellas hoy desaparecidas o absorbidas por otras, como Hidroeléctrica del Cantábrico, Banco Herrero y numerosas minas que al quebrar acabaron en Hunosa (INI); de esa época, sólo sobrevive Duro Felguera.

En los consejos de administración de muchas de esas empresas, y de otras menos conocidas, se reunían las grandes fortunas asturianas y sus pares de otras regiones. En el consejo de Mundus, dedicada a la fabricación de andamios de acero, según uno de los ingenieros que trabajó en ella, “parecía estar metida toda la Diputación de la Grandeza española, porque todos eran condes, marqueses, barones...”

Los propietarios de estas empresas solían inscribir un porcentaje de acciones a nombre de don Juan

Como muestra de lealtad y de colaboración con la causa juanista, los propietarios de esas empresas solían inscribir un porcentaje del accionariado a nombre del Conde de Barcelona, cuyo padre y cuya abuela, la reina regente, habían concedido los títulos a las familias.

 “Entonces era costumbre, cuando se montaba una empresa, regalar unas acciones a la Corona”, aseguró el ingeniero Félix Mazón, que trabajó en varias industrias asturianas. Repetimos: hablamos de astilleros, metalúrgicas, minas… Con el mercado cautivo español y en los años del desarrollismo.

Cabe preguntarse qué ha sido de esas acciones de empresas entonces boyantes y qué dividendos dieron a una familia tan sacrificada.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.