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El Buscón

Brufau se va a Nueva York a recoger un premio y se topa con Lozoya (Pemex), su bestia negra

Antonio Brufau, en la entrega de uno de los premios que ha recibido este año.

Dos grandes enemigos se han reencontrado en Nueva York. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, recibió este jueves por la noche en la ciudad estadounidense el premio Business Leader of the Year, mientras que unos edificios más allá, quizá no muy lejos de donde la Cámara de Comercio España-Estados Unidos agasajaba al ejecutivo de Mollerusa, andaba buscando financiación para Pemex su consejero delegado, Emilio Lozoya.

El ejecutivo mexicano ha sido durante más de un año la bestia negra de Brufau, al que trató en varias ocasiones de desbancar de su puesto de presidente de Repsol. Pemex poseía casi un 10% de la compañía española, participación que tuvo que vender tras perder la batalla abierta con el presidente, en la que llegaron a estar involucrados los mismísimos Mariano Rajoy y Enrique Peña Nieto, presidente de México, en una batalla que tuvo poco de empresarial y mucho de política.

Lozoya maniobró en la sombra, dado que en el consejo de Repsol se sentaba un consejero mexicano sin mando en plaza (Arturo F. Henríquez), en los momentos de mayor debilidad de Brufau, al que la presidenta argentina Cristina Kirchner le vetó en las negociaciones para la compensación por la expropiación de YPF.

Lozoya perdió la guerra y tuvo que poner pies en polvorosa y Brufau quedó tocado, pero ahora vive un gran momento al frente de Repsol, después de colocar a su hombre de confianza, Josu Jon Imaz, como consejero delegado.

Lozoya, hombre de confianza de Peña Nieto, anda estos días de 'road show' por EE.UU. para recuperar la confianza de los inversores, tras presentar Pemex unas pérdidas por valor de 11.024 millones de dólares

Brufau, hombre de buen talante, no quiere ver ni en pintura a Lozoya, que estos días anda de 'road show' por Estados Unidos para recuperar la confianza de los inversores en la compañía, que en los nueve primeros meses perdió la friolera de 11.024 millones de dólares, un 60% más que en el mismo periodo del año anterior.

El antiguo azote de Brufau anda bregando con los inversores estadounidenses para que le den su apoyo al plan de crecimiento del grupo, controlado por el Estado mexicano y que espera salir de su atolladero gracias a la reforma energética impulsada por Peña Nieto.

Por su parte, el directivo catalán disfruta de una cómoda vida de alto ejecutivo sin el estrés al que antes le sometían las cuitas internacionales, especialmente las que provenían de Argentina y también de México.

Brufau disfruta de una cómoda vida de alto ejecutivo que recibe premios por doquier, pero no quiere ni ver en pintura al agresivo Lozoya, que intentó cargárselo cuando Pemex controlaba el 10% de Repsol

Ahora, se dedica a recibir premios por su buena labor al frente de una compañía en la que ha cedido parte de sus competencias presidenciales, tal y como desde hace años le exigían primero una beligerante Sacyr en manos de Luis del Rivero y posteriormente una rebelde Pemex que aspiró dominar una compañía en la que estuvo agazapada casi 30 años.

La pasada noche se dio un baño de masas en la ciudad de los rascacielos. Con presencia de más de 300 representantes del mundo de las finanzas, la empresa, la política, la cultura y de sectores sociales, tanto de Estados Unidos como de España, Brufau fue distinguido como el líder de los negocios de este año. Entre los asistentes se esperaba al Embajador de España en Estados Unidos, Ramón Gil-Casares y al antiguo Embajador de Estados Unidos en España y Presidente de la Cámara, Alan Solomont, entre otros, según pudo saber este Buscón.

El galardón Business Leader of the year distingue a los líderes empresariales que han realizado una contribución significativa al crecimiento económico de España o de Estados Unidos y a la mejora de las relaciones empresariales entre ambos países.

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