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El Buscón

La "mala pata" de la ministra Ana Pastor

Menos mal que es verano y las chanclas de la ministra Ana Pastor no llamaban demasiado la atención ayer en los siempre solemnes pasillo del edificio antiguo del Congreso de los Diputados. Sí lo hacía, en cambio, el entablillado de su dedo meñique del pie derecho, vendaje que jusficaba que la titular de Fomento hubiera optado por ese calzado plano y playero. Y es que Pastor se rompió el meñique la pasada semana volando a Brasil para asistir a la cumbre de Río +20, dedicada al desarrollo sostenible. Se golpeó con el pie metálico de uno de los asientos del avión y nada más aterrizar se tuvo que ir al hospital donde le vendaron el pie. Fue ese el momento en que sustituyó los tacones por unas chanclas doradas que llevaba en la maleta por si en algún momento tenía ocasión de pisar la playa carioca. En cambio, le sirvieron para trotar, coja, de un pabellón a otro donde se celebró la cumbre, en una especie de Ifema gigantesco en el que las distancias eran enormes.

Con el dedo roto y cojeando, prosiguió periplo a Sau Paulo, acompañando al presidente del Gobierno, para mantener distintas reuniones con empresarios brasileños y españoles agrupados en torno a la Federación de Industrias del Estado. Con el dedo roto regresó a España tres días después para volver al hospital, este ya español, donde le entablillaron el dedo y le comunicaron que tendría para tres semanas antes de retirarle el vendaje.

Y con el dedo roto y trotanto porseguía ayer en el Congreso de los Diputados después de ofrecer una rueda de prensa para anunciar que 19 europuertos de España verán reducido su horario de apertura.

Eso sí, las chanclas, que son las mismas que llevó al otro lado del atlántico, fueron elogiadas tanto por sus colegas brasileñas como por las españolas.

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