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Motor

Tras dominar el mercado híbrido, Toyota avanza ahora hacia la pila de combustible

Toyota acaba de dar a conocer en Japón el FCV, una berlina de casi 4,9 metros de longitud que llegará al mercado a lo largo del próximo 2015, primero en Japón y, ya hacia el verano, en el mercado europeo, con un precio en su país de origen próximo a los 50.000 euros al cambio. Un paso que llega tras convertirse en una de las marcas impulsoras de los sistemas de propulsión híbrida que le ha llevado a contar en la actualidad con una completísima gama que abarca desde modelos de corte urbano como el Yaris hasta grandes berlinas o todo terrenos de lujo, como el GS 450h y el RX450h.

Pero a la vez que desarrollaba esta tecnología híbrida, la marca nipona ha estado desde hace más de 20 años trabajando en el desarrollo de vehículos de pila de combustible, con un sistema que genera electricidad a partir de la reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno, almacenando el primero en depósitos de alta presión. Ya en 2002, Toyota empezó a ofrecer en leasing de forma limitada en Japón y Estados Unidos el FCHV, un SUV de pila de combustible, como primer paso hacia una comercialización en serie que llegará en menos de un año. 

Según la marca, el FCV recién presentado ofrece unas prestaciones y una autonomía similares a las de un vehículo con motor de gasolina –unos 500 kilómetros con un depósito– pero, a diferencia de los sistemas de propulsión eléctrica, requieren un tiempo de repostaje mucho más reducido, apenas tres minutos. Y frente a los motores de gasolina, sólo emite por el escape el vapor de agua producido por la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno. 

Pero el principal escollo para el desarrollo de este sistema de propulsión llega de la propia infraestructura de repostaje y, por ello, la comercialización en Japón a principios de 2015 se

limitarán a aquellas regiones en las que se está desarrollando este tipo de estaciones de servicio, conocidas como hidrogeneras. Tampoco en nuestro país sería muy viable en la actualidad, con apenas seis comunidades autónomas en las que podemos encontrar estaciones de repostaje de hidrógeno, como Aragón y Andalucía, Cataluña, Madrid, Murcia o Comunidad Valenciana.

El hidrógeno sigue siendo unos de los combustibles alternativos que tiene mayores posibilidades de cuajar en el futuro, un combustible que se puede producir a partir de una amplia variedad de fuentes de energía primaria, incluidas la energía solar y la eólica, y es fácil de almacenar y de transportar. Al comprimirse, ofrece una mayor densidad energética que las baterías.

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