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2008 Hybrid Air, un Peugeot que funciona con gasolina... y aire presurizado

La experiencia de Peugeot en sistemas de hibridación se ha unido a la de Citroën en sistemas de suspensiones que funcionan con aire a presión desarrollando un todavía prototipo que, según la marca, no está aun decidido llevarlo a la producción en serie, aunque de hacerlo sería ya para el próximo 2015. Es la tecnología Hybrid Air desarrollada sobre el exitoso 2008 -del que Peugeot lleva ya fabricado más de 100.000 unidades-, y que ha dado lugar a una versión que destaca por los mínimos valores de consumo que anuncia.

Y es que 2,9 litros a los 100 kilómetros y unas emisiones de CO2 de apenas 69 g/km son datos sin duda relevantes para un modelo innovador al máximo y que, según la marca, su coste de desarrollo está muy por debajo de los actuales híbridos eléctricos, lo que permitiría un precio en la calle por debajo de estos últimos. No sería, en cualquier caso, hasta bien entrado el próximo año cuando podríamos verlo como vehículo de serie. Para el desarrollo de este nuevo sistema híbrido el Grupo PSA ha contado con la colaboración del especialista Bosch con unas mejoras en cuanto a consumo de combustible del orden de un 45 por ciento respecto al 2008 con motor de gasolina 1.2 de 82 CV. 

Para ajustarlos al máximo, el 2008 Hybrid Air cuenta también con neumáticos especiales, de baja resistencia a la rodadura y unas medidas muy poco convencionales, 165/50 sobre llantas de 18 pulgadas, para facilitar un desplazamiento sobre el asfalto con mínimo rozamiento. Al igual que la actual generación de híbridos, Diesel o gasolina, que funcionan combinados con un motor eléctrico, este prototipo ofrece tres modos de funcionamiento diferentes. Así, puede hacerlo únicamente con el motor hidráulico movido por el aire comprimido, lo que le permite moverse con cero niveles de emisiones hasta los 70 km/h. No da cifras de autonomía, pero según el tráfico de la ciudad, Peugeot estima que en recorrido urbano podría funcionar entre el 60 y el 80 por ciento del recorrido en este modo, sin consumo alguno de combustible. Fuera de la ciudad, en carretera es el motor de combustión el encargado de mover las ruedas delanteras, aunque en fuertes aceleraciones se complementa con el motor hidráulico generando hasta 122 CV de potencia entre ambos.

El circuito de aceite que acciona al motor hidráulico va conectado a un depósito de aire comprimido, un depósito que al liberar el propio aire se expande y desplaza al aceite, moviendo el motor hidráulico. Se recarga de dos formas diferentes, como en otros sistemas híbridos más convencionales. Al frenar se invierte el proceso y la retención la produce el motor hidráulico, que desplaza al aceite comprimiendo el aire o, también, a través del motor de gasolina, accionando una bomba que genera la presión necesaria. Según la marca, en apenas 10 segundos se logra la presión máxima en el acumulador.

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