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Motor

Opel, ya integrada en el grupo PSA, lanza el nuevo Crossland X fruto de su ofensiva en el segmento más de moda

El nuevo Crossland X se produce en la planta de Figueruelas (Zaragoza).

Y es que su carrocería está a medio camino entre la de un monovolumen y la de un SUV de personalidad en cierto modo urbana. Un modelo de fácil manejo y enfoque eminentemente práctico, con unas dimensiones muy compactas, 4,21 metros de longitud, 1,82 de anchura y 1,61 de altura.

Es, por tanto, seis centímetros más corto, cuatro más ancho y cinco más bajo que el Mokka X y, a diferencia de este, no ofrecerá ninguna versión con tracción total. Un SUV de orientación más urbana que aporta además un interior más amplio, práctico y versátil. Los asientos traseros, por ejemplo, se pueden desplazar longitudinalmente 15 centímetros y el maletero ofrece 410 litros de capacidad en su posición menos favorable. Pero si se adelantan los asientos de las plazas traseras, el volumen crece hasta 520 litros.

Interior Crossland X.

La versión más asequible tiene un motor de gasolina tricilíndrico de 82 CV y cuesta poco más de 16.000 euros. La versión diesel de menor potencia, con 100 CV, sobrepasa ligeramente los 18.000 euros. Las versiones más potentes resultan más satisfactorias en términos generales porque aportan un mejor dinamismo y no consumen mucho más carburante. El Diesel de 120 CV es una de las opciones más equilibradas, un motor que se muestra silencioso y progresivo en su respuesta y que permite moverse con confort en ciudad y con solvencia en carretera.

En España el Crossland X llega con dos niveles de equipamiento, Selective y Excellence. Desde el nivel más sencillo son de serie elementos como el programador de velocidad, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, la alerta por cambio involuntario de carril o el sistema multimedia IntelliLink con pantalla táctil de siete pulgadas. El nivel Excellence añade a ello luces y limpiaparabrisas automáticos, iluminación interior mediante leds o pintura bitono para la carrocería.

Además, opcionalmente puede tener elementos como los faros de leds con alumbrado adaptativo, el sistema de proyección de información sobre el parabrisas Head-up Display o recarga inalámbrica para móviles. Sólo se echa en falta el freno de mano eléctrico, que sigue siendo manual, por palanca.

El Crossland X se fabrica en la planta zaragozana de Figueruelas, donde también se producirá el nuevo Citroën C3 Aircross, versión casi gemela de aquél, pues estará desarrollado sobre la misma plataforma de este novedoso Crossland X.

En marcha, el Crossland X destaca por una suspensión firme en sus tarados que se traducen en una conducción muy eficaz en curva, donde el balanceo de la carrocería está muy contenido. Su confort de rodadura es muy razonable, aunque hay modelos en su segmento que destacan algo más en este aspecto.

En algunas motorizaciones está disponible un cambio automático que destaca sobre todo por lo suave de funcionamiento más que por la rapidez con que ejecuta los cambios de marcha.

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