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El misterio de las bicicletas abandonadas en las calles de Madrid y Barcelona

Bicicleta de la marca oBike

Están en Conde de Casal, en Canaletas, en las calles del barrio de Lavapiés y el Raval. Son bicicletas abandonadas. Algunas se sujetan con la clásica "pata de cabra" y otras yacen inertes en el suelo.

La cosa sucede desde hace ya unas semanas y, aunque algunos ya sabe qué es lo que pasa, otros se lo preguntan de continuo cuando vuelven a ver alguno de estos vehículos a la intemperie.

Los 'culpables' son varios servicios de alquiler de bicicletas al estilo de Bicimad. La diferencia respecto a, por ejemplo, Bicimad, el servicio alquiler de bicicletas del Ayuntamiento de Madrid, es que no hay un punto específico para dejar las mismas. Se pueden abandonar en cualquier lugar dentro de una zona concreta preestablecida en cada ciudad.

Dos de los servicios más conocidos -y que acaban de llegar a Madrid- son Ofo y oBike. Funcionan con una aplicación que localiza las bicicletas más cercanas al usuario -cada una de ellas cuenta con un GPS- y permiten desbloquearlas con un código QR.

El precio por utilizar el servicio parte de los 50 céntimos por la media hora de uso. No obstante, para empezar a utilizarlo hay que depositar una fianza -en el caso de oBike es de 49 euros-, destinados a paliar el robo o los daños en el caso de que se produzcan

El precio por utilizar el servicio parte en el entorno de los 50 céntimos por la media hora de uso. No obstante, para empezar a utilizarlo normalmente hay que depositar una fianza -en el caso de oBike es de 49 euros-, que se retirará en el caso de robo o daños en la bicicleta, en el caso de que se produzcan.

La mayoría de las apps puntúan al usuario en función de su buen comportamiento con el vehículo -dejarlo dentro de la zona en la que funciona el servicio, utilizarlo sin provocar daños...-, y en función de estos algunos trayectos pueden salir mucho más económicos respecto al precio inicial.

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