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Ciencia

Las aves de la Antártida se quedan con tu cara

Las aves reconocen a personas individuales que ya habían ido a sus nidos

Que las aves son capaces de reconocer a un ser humano individual cuando éste les ha hecho algún daño o supone un peligro es un hecho conocido por los científicos, especialmente por sus experiencias con cuervos y urracas. Pero, ¿sucede lo mismo en lugares tan extremos como la Antártida, donde las aves no han tenido contacto con las personas y viven a miles de kilómetros de la población más cercana?

Los científicos descubrieron el comportamiento sobre la marcha

El equipo del surcoreano Yeong-Deok ha tenido la ocasión de experimentar en sus propias carnes la ira de los págalos pardos antárticos (Stercorarius antarcticus) mientras realizaban un estudio sobre el hábitat de estas aves. Los investigadores procedieron examinar los nidos de los págalos una vez a la semana cuando comenzaron los ataques desde el aire, y no tardaron en descubrir que el asunto parecía ser personal.

Ante este comportamiento inesperado, el equipo decidió incorporar los ataques a sus estudios y comenzaron a registrar los momentos en que las aves se ponían agresivas y cómo lo hacían. En un trabajo publicado en la revista Animal Cognition, Yeong-Deok y sus colegas relatan que bastaba con que un investigador acudiera de tres a cinco veces a los nidos para que pasara a estar en la 'lista negra' de los págalos, que dirigían su furia hacia él. Para comprobar si los ataques eran a una persona concreta, los científicos diseñaron un sencillo experimento. Cuando se dirigían a inspeccionar los nidos lo hacían dos investigadores - uno que había estado en los nidos antes y otro que nunca había acudido. Ambos iban vestidos de forma idéntica, pero los pájaros parecían reconocer inmediatamente al que suponía una amenaza.

Los ataques a un ser humano en particular, al que reconocían, se producían a pesar del parecido físico e incluso cuando los científicos iban en un grupo numeroso a la zona. "Incluso cuando me cambiaba mis ropas de campo, me seguían", explica Yeong-Deok. "las aves parecían reconocerme independientemente de cómo fuera vestido". Los autores creen que los págalos utilizan información tanto del rostro como de los patrones de movimiento para reconocer a humanos individuales y tenerlos bien marcados en caso de que se acerquen a sus nidos. Un rasgo más de su gran inteligencia, que utilizan para robar pescado a aves más grandes y comida a las focas.

Referencia: Antarctic skuas recognize individual humans (Animal Cognition) 

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