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Ciencia

Por qué los transgénicos son más seguros que la mejora genética convencional

Arroz convencional y arroz dorado modificado genéticamente

Existe consenso en la comunidad científica a la hora de valorar la postura antitransgénicos de organizaciones como Greenpeace: se basa en burdas manipulaciones y en generar el miedo sin ninguna base experimental. Este posicionamiento, explica Julia Rueda, del Departamento de Genética de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) "ha concienciado a gran parte de la sociedad bajo la falsa idea de la conciencia medioambiental y de que su consumo es perjudicial para la salud".

"La mejora genética convencional puede dar lugar a modificaciones genéticas mucho mayores y menos controladas"

Entre los muchos argumentos que aporta Rueda en su artículo "Sin miedo a los genes" reproducimos el que explica las diferencias entre el método de selección de genes que se realiza hoy día en los laboratorios y lo que se ha hecho tradicionalmente:

"Esta tecnología ha permitido obtener variedades con caracteres de interés sin necesidad de provocar mutaciones masivas indiscriminadas mediante radiación o mutagénesis química, para luego seleccionar los individuos tratados que lleven el carácter que interesa, que es una de las técnicas utilizadas en la mejora genética vegetal convencional que tan bien le parece a Greenpeace.

Tras la mutagénesis se realizan cruzamientos y selección durante varias generaciones para minimizar la presencia de otros cambios no deseados, lo que puede prolongarse durante varios años hasta conseguir solo el carácter deseado, si se logra. La mejora genética convencional puede dar lugar a modificaciones genéticas mucho mayores y menos controladas que las que tienen lugar en los transgénicos.

“Es como si para pasar el GPS de un coche viejo a uno nuevo, deshacemos los dos coches en piezas, las mezclamos y elegimos luego el que lleve el GPS”

Si comparamos las dos situaciones mediante un símil comprensible para todos de Richard J. Roberts (biólogo molecular y premio Nobel en 1993), es como si para pasar el GPS de un coche viejo a uno nuevo, deshacemos los dos coches en piezas, las mezclamos, construimos con ellas dos coches y elegimos luego el que lleve el GPS, en vez de quitar el dispositivo del coche viejo e instalarlo en el nuevo. En este caso, además, no sería necesario que los dos coches fueran de la misma marca ni del mismo modelo.

Los avances en el campo de la biotecnología de plantas han llevado a conseguir variedades transgénicas con caracteres de interés que no llevan ningún gen procedente de organismos de otras especies, sino una copia modificada del gen sobre el que se quiere incidir, desapareciendo la proteína codificada por él”. 

* Puedes leer el artículo completo en Agencia Sinc: "Sin miedo a los genes"

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