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Ciencia

Medusas de fuego en la estación espacial [vídeo]

Secuencia de propagación de la llama en microgravedad

A mediados del siglo XIX el científico británico Michael Faraday impartía en la Royal Institution unas charlas didácticas para los más jóvenes provisto únicamente con una vela. A través de una pequeña llama, el científico era capaz de explicar el fenómeno de la combustión con detalle y de fascinar al auditorio con la cantidad de información sobre la naturaleza que se puede obtener de un fenómeno tan aparentemente nimio como un poco de cera ardiendo.

Los experimentos en la ISS sirven para conocer el comportamiento del fuego en microgravedad.

Más de un siglo después, los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) siguen realizando pruebas para conocer el fenómeno de la combustión, esta vez lejos de la Tierra y en condiciones de microgravedad. Las primeras experiencias en el espacio mostraron una realidad no por esperada menos fascinante, y es que la llama arde en forma de esfera en lugar de ascender y alargarse como sucede en la superficie de nuestro planeta. Los otros puntos de interés son conocer cómo se propaga el fuego en distintas circunstancias y cuál es la manera más eficiente de extinguirlo, pues puede ser una cuestión de vital importancia en caso de accidente en la estación.

Para ello se están realizando experimentos como el FLEX-2 (actualmente en curso) en el que analiza las formas de combustión de pequeñas gotas de combustible, no solo por cuestiones de seguridad sino en busca de claves que puedan ayudar a desarrollar fuentes de combustión más eficientes en la Tierra. Hace unas semanas, el pasado 21 de agosto, el astronauta Reid Wiseman realizó una serie de pruebas cuyos resultados fueron especialmente sorprendentes. "Era una medusa de fuego", proclamó a través de Twitter después del experimento.

Como se puede observar en el vídeo, y como explica la NASA a través de Forman Williams, el especialista que lidera el experimento FLEX-2, la gota de combustible arde en microgravedad con un comportamiento aparentemente inesperado, como si fuera una criatura viva que quiere avanzar por el aire. "La combustión en microgravedad es extraña y maravillosa", asegura Williams. "Y el fenómeno de la medusa que vio Wiseman es un buen ejemplo".

"La combustión en microgravedad es extraña y maravillosa".

Lo que está ocurriendo en ese vídeo, explica el científico, comienza con la inyección a través de dos agujas de una mezcla de heptano e isoctano a la que se aplica una pequeña chispa para comenzar la combustión. La llama forma una pequeña esfera azul de unos 15 a 20 mm de diámetro alrededor del combustible y en su interior podemos ver una serie de puntos luminosos. Estos puntos, insiste, son restos de hollín que se generan en el proceso de combustión (átomos de carbono que no terminan de reaccionar con el hidrógeno). El proceso por el que la esfera parece contraerse como una criatura marina está directamente relacionada con estos restos de hollín que, al generar irregularidades en la esfera, provoca una combustión disruptiva que termina colapsando la propia llama.

El fenómeno no es nuevo y ya se había visto en las torres que utilizan para simulaciones de microgravedad en tierra, pero la ISS ofrece una oportunidad de verlo con mucho más detalle. Aunque parezca un simple entretenimiento, estas pruebas de los astronautas están sirviendo a los científicos para conocer mejor la tasa de combustión de ciertas sustancias y cómo se distribuyen alrededor de la llama. Quizá, como demostró Faraday hace ahora más de un siglo, la idea más brillante sobre los combustibles del futuro salga del experimento más sencillo.

Fuente: Jellyfish Flames on the ISS (NASA)

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