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Ciencia

Lucha de titanes: batalla de orcas contra ballenas grises

Una imagen de un encuentro parecido al que se descirbe

"Lo que ocurrió fue como una lucha de titanes", asegura el naturalista Tyson Reed, quien  presenció la escena junto a otros miembros de la Pacific Whale Watch Association (PWWA) a principios de semana. Los testigos navegaban desde la isla de Whibdey hacia el estrecho de Puget, en la costa de Washington (EEUU), siguiendo a un grupo de cuatro orcas a las que habían visto cazar focas un rato antes de manera muy eficiente. De pronto, los observadores vieron cómo las orcas se dirigían hacia el norte, justo por donde cruzaban dos ballenas grises adultas.

“Las dos ballenas grises rodaron hasta una docena de veces. ¡Realmente salvaje!"

"Cuatro orcas no van a asaltar a unas ballenas grises de 40 toneladas. O al menos pensamos que no lo harían", asegura Reed. "Pero entonces comenzó el espectáculo". Según describen los científicos que presenciaron la escena, una de las orcas, a la que conocen como T137A, decidió acercarse a las ballenas para "hacer un intento”, lo que, en palabras de Reed, "desató la batalla". "Las aletas empezaron a volar a la derecha y a la izquierda  cuando las ballenas empezaban a rodar y derribaron a T137A con sus embestidas", describe. "Definitivamente no les hacía mucha gracia que una orca se metiera entre ellas y empezaron a defenderse".

"Fue una pelea de las grandes", asegura el capitán Michael Colahan, de la empresa Island Adventures. "Las dos [ballenas] grises rodaron hasta una docena de veces. ¡Realmente salvaje!". Estos dos cetáceos, etiquetados como #56 y #531, son parte de un grupo de doce bien conocido por los biólogos en este estrecho de Puget, que acuden aquí para alimentarse de crustáceos durante su migración anual entre el sur de California y Alaska. A esta especie de ballenas algunos pescadores locales las conocen como "peces del diablo", porque son las únicas  que se defienden cuando son atacadas, ya sea por los balleneros o por las orcas. El ejemplar T137A era quizá demasiado joven para saberlo pero aprendió la lección.

Almost Too Close for the TeleUn grupo de orcas avistadas en la misma zona. Ingrid Taylar (Flickr, CC)

Este tipo de ballenas son temibles porque siempre se defienden cuando les atacan

Tras verse en medio de un aluvión de aletazos que podían dejarla malherida, la orca pidió ayuda y su madre (T137) acudió al rescate. Tras llegar hasta el lugar ambas salieron rápidamente en dirección norte para alejarse de las ballenas enfurecidas. "Si las orcas madres son como las madres humanas, lo que pasó fue que mamá cogió a su pequeño de la oreja, le dijo unas cuantas palabras sobre pelearse en la calle y le dejó ir", asegura Michael Harris, director de la PWWA. "Y probablemente, después de la conmoción por los aletazos, nuestra joven orca abandonará los malos hábitos.... - con uno o dos arañazos que le recordarán que debe meterse con alguien de su tamaño la próxima vez".

Las dos ballenas grises que sobrevivieron al ataque también se alejaron del lugar sin heridas visibles.

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