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Ciencia

Nuevas pruebas de que la Luna se formó por un gran impacto

Composiciones de los isótopos de oxígenos de la Tierra y la Luna

Nuestro satélite es el cuerpo más cercano a nuestro planeta y su origen sigue siendo en cierta manera un misterio. Durante años se manejaron diversas hipótesis, como  que se tratara de un cuerpo capturado por la gravedad de nuestro planeta o que la formación en los inicios del sistema Solar fuera simultánea. Pero el análisis de las primeras muestras traídas por los astronautas de las misiones Apolo ofrecía un dato que no se podía pasar por alto: la composición de ambos cuerpos es prácticamente idéntica.

Los modelos de impacto y la composición no se correspondían

A partir de aquellos primeros datos la teoría dominante ha sido la Teoría del Gran Impacto, que sugiere que la Luna se formó a partir de la colisión entre una proto-Tierra y un objeto sólido de misteriosa composición llamado Tea (o Theia). Este planeta de pequeño tamaño habría chocado con la Tierra desgajando un trozo que se habría convertido en nuestro satélite y explicaría la gran inclinación de nuestro eje de rotación. El problema es que los modelos que reconstruyen este choque dicen que la Luna debería ser en buena parte Tea, es decir, de haberse producido la colisión, la Luna tendría una composición distinta a la Tierra hasta en un 70%.

Muestra de una roca lunar (Universidad de Münster)

Ahora, un equipo de investigadores alemanes ha descubierto una novedad que refuerza la hipótesis del impacto. Los científicos, liderados por Daniel Herwartz, han analizado nuevas muestras de tres sitios de aterrizaje de Apolo provistas por la NASA y han analizado los niveles de isótopos de oxígeno (especialmente interesantes porque sus composiciones son muy variables de planeta a planeta) y, mediante una técnica más sensible, han detectado una ligera pero más elevada composición del isótopo de oxígeno en las muestras lunares.

Esta pequeña diferencia apoya la hipótesis del gran impacto, según aseguran los científicos en la revista Science, puesto que demuestra que la Tierra y la Luna tienen una composición ligeramente distinta y el origen de esta última podría estar en el misterioso planeta que vino a impactar con la Tierra hace 4.500 millones de años.

Referencia: Identification of the giant impactor Theia in lunar rocks (Science)

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