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Educación

Profesores de musulmanes: "Se radicalizan por tortura psicológica, como en las sectas"

Raquel Rull, una de las educadoras sociales de Ripoll que trabajó en la integración de varios de los jóvenes que componían la célula terrorista autora de los atentados en Barcelona y Cambrils, no se cree que Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta que arrasó con cientos de personas que paseaban por La Rambla el pasado jueves, se haya convertido en terrorista. "¿Cómo puede ser, Younes...? Me tiemblan los dedos, no he visto a nadie tan responsable como tú...", se pregunta retóricamente en una carta abierta publicada este lunes que algunos ciudadanos comparten a través de sus redes sociales calificándola de "estremecedora", mientras que otras la tachan de "buenista y vomitiva".

La división también se produce al analizar las palabras de la madre del Younes 48 horas antes de que fuese abatido por los Mossos D'Esquadra en Subirats. "Que vaya a la Policía, que se entregue, que prefiere que esté en la cárcel a que esté muerto, que ella no quiere que maten a los demás, que son personas", traducía una prima del individuo que no dudó en apuntar a "una cabeza más grande, que les ha lavado el cerebro" como autor intelectual de la matanza.

Sobre la educación de los musulmanes en España y la sociedad fragmentada hablan con 'altavoz' educadores y docentes: "La escuela es el primer lugar de entrada y ahí comienza la participación"

De igual forma que algunos entienden y comparten el dolor de la familia, otros tantos se preguntan si no se dieron cuenta del comportamiento del joven durante los últimos meses y si no se percataron de algún signo de radicalización. Sobre la educación de los musulmanes en España y la sociedad fragmentada hablan con altavoz algunos educadores y docentes. 

Younes Abouyaaqoub nació en 1995 en la ciudad marroquí de M'rirt y se trasladó con su familia a Ripoll, en la falda del Prineo catalán, cuando apenas tenía 4 años. Allí residió el resto de su vida. Tenía cuatro hermanos, entre ellos, Houssaine, muerto en el tiroteo de Cambrils. Vivía en el número 9 de la calle Santa Magdalena y, según han revelado algunos vecinos a los medios, sacaba muy buenas notas y era un amante de los coches y del fútbol.

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Población musulmana

Desde la ciudad marroquí de Melouiya, el padre de Driss y Moussa Oukabir, Saïd Oukabir, reaccionó así ante la agencia de noticias francesa AFP al enterarse de que sus vástagos estaban involucrados en los atentados de Cataluña: "Estamos en shock. No mostraron signos de radicalización. Vivieron como los jóvenes de su edad, vestidos como ellos".

"Moussa era un buen tipo que no lastimaba a nadie, estaba asistiendo a clases y tenía que pasar su bachillerato el próximo año. Recientemente comenzó a rezar (...) fue indudablemente manipulado", cuenta sobre su hijo de 17 años, otro de los terroristas abatidos en Cambrils. Saïd Oukabir, quien también es padre de tres hijas, emigró en los años noventa a Cataluña. Mientras que su hijo Driss -interrogado este martes en la Audiencia Nacional- vivió hasta los 10 años en Aghbala, una comuna rural a ocho kilómetros de Melouiya, Moussa nació ya en Ripoll.

España cuenta actualmente con casi dos millones de musulmanes, 41% de ellos residentes en la península tienen la nacionalidad española. 510.481 están en Cataluña

Según el último Estudio Demográfico de la Población Musulmana elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Observatorio Andalusí, España cuenta actualmente con casi dos millones de musulmanes, 41% de ellos residentes en la península tienen la nacionalidad española. Hay cerca de 1.400 comunidades musulmanas repartidas por toda la geografía española, siendo su presencia mayoritaria en grandes ciudades y costa mediterránea, con 510.481 en Cataluña, 300.460 en Andalucía y 278.976 en Madrid.

Hay musulmanes prácticamente de medio mundo, españoles, árabes, bereberes, senegaleses, malienses, kurdos, pakistaníes, bangladeshíes y europeos de varios países. ¿Cómo se trabaja en los centros educativos con los alumnos musulmanes recién aterrizados? ¿Qué ha fallado con estos jóvenes que habían sido educados en España y parecían integrados?

Niños musulmanes celebrando el fin del Ramadán

Recién llegados

"En los centros educativos existen aulas de inserción lingüística para que los niños se adapten al curso escolar que corresponde a su edad y, en el caso de los adultos, son entidades sin ánimo de lucro financiadas a través de fondos gubernamentales y europeos las que trabajan para ello", explica una trabajadora social de una ONG dedicada a asuntos de inmigración y protección internacional. 

"Una vez que tienen una base, se les inculcan valores y se les muestra nuestra cultura, ya que muchos de ellos no la conocen. Hay talleres de contexto, les enseñamos habilidades sociales, les orientamos laboralmente y se hace un seguimiento", explica esta profesional que trabaja con inmigrantes mayoritariamente musulmanes.

El perfil depende del nivel socioeconómico de las familias. En Marruecos, si un niño quiere comprarse unos pantalones, se los tiene que comprar con su dinero y muchos empiezan a trabajar con ocho años"

"El perfil de los alumnos depende muchas veces del nivel socioeconómico de las familias. Por lo general, en Marruecos, si un niño quiere comprarse unos pantalones, se los tiene que comprar con su dinero y muchos empiezan a trabajar desde los ocho años. Muchos no saben leer ni escribir. Sin embargo, los que provienen de países como Siria e Iraq tienen como prioridad estudiar porque sus padres suelen tener carrera", cuenta.

Para la entrevistada, todos tienen en común su agradecimiento a España por acogerles. "Algunos africanos consideran que van a encontrar el oro en nuestro país y luego se dan de bruces con la realidad, pero salvo por esas confusiones, la mayoría vienen con la idea de trabajar y dar estudios a sus hijos. Son humildes, se acostumbran a vivir con poco y lo que ganan lo suelen repartir con sus familiares", dice. "Creo que los radicales islámicos son casos aislados en España. El extremismo se evita con educación y quienes se radicalizan lo hacen por tortura psicológica, son captados como en sectas", opina. "para combatir la islamofobia se necesita viajar y muchas horas horas de lectura", apunta.

El 41% (779.080) de los musulmanes residentes en la península tienen la nacionalidad española

Nacidos en España

Desde la Universidad Rovira i Virgili, el profesor de Antropología Jordi Morera señala que el radicalismo quizá no sea tanto una cuestión "religiosa" como "ideológica y social". "La mayoría de los que han cometido el atentado eran catalanes con un buen camino recorrido en cuanto a su integración. No hay un proceso de marginación previa en apariencia, pero por algún motivo puede que se sintieran aparte de la sociedad", comenta. Y, a continuación, aclara que esto no justifica en absoluto lo que han hecho.

"La escuela es el primer lugar de entrada y a través de ella las familias comienzan a participar en la sociedad que les rodea. Cataluña ha avanzado mucho en este aspecto, ya existe una generación de musulmanes nacidos aquí", afirma. Y agrega que Cataluña cuenta con medio siglo de presencia musulmana: "La inmigración marroquí se remonta a mediados de los años 60, venían en busca de trabajo, al igual que otras personas de zonas rurales de España y la primera mezquita se creó en 1974".

Hay una generación de musulmanes nacidos en Cataluña. Ya no estamos abordando un tema de inmigración, sino de cómo se está gestionando la diversidad"

"Ahora tenemos que descubrir qué está pasando porque ya no estamos abordando un tema de inmigración, sino de cómo se está gestionando la diversidad desde los diversos agentes sociales, familias, colegios, trabajadores sociales, políticos...", advierte Morera. Sobre si considera una posible solución el programa de prevención del radicalismo en las escuelas de la consejería de Enseñanza y los Mossos d'Esquadra, el académico dice que no.

"Desde una perspectiva pedagógica no creo que sea idóneo fijarnos en indicadores de radicalismo cuestionables en torno a un chaval de ocho años. Entiendo que se vaya a seguir haciendo, porque ahora los políticos tienen que demostrar que están trabajando para que no vuelva a suceder un atentado como el del jueves, pero creo que se han fijado en eso y han desatendido otras cuestiones como la de identificar a una localidad como Ripoll como un problema", reconoce.

Exterior de la mezquita Islámica Annour en la que ejercía el Imán de Ripoll (Girona)

Comunidad musulmana

Con el profesor de Antropología coincide Mohamed El Ghaidouni, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña (UCIDCAT). "Es un problema colectivo y tenemos que hacer un trabajo colectivo para encontrar la solución. ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad? Debemos realizar autocrítica puesto que no se trata de personas que vienen de otros países, sino de gente que ha nacido aquí. Han crecido aquí, han ido al colegio, al instituto y tienen  trabajos, es decir, que están perfectamente integrados", plantea El Ghaidouni.

"Cada uno debe asumir desde su perspectiva las responsabilidades que tiene y trabajar en conjunto, sobre todo en el campo educativo, para que no vuelvan a repetirse atentados como los de la semana pasada en Barcelona y Cambrils", considera. Y añade que la comunidad musulmana vive la misma indignación ante los atentados que cualquier otro colectivo: "Sentimos mucho dolor y más cuando matan en nombre del Islam".

Si bien hace cuatro años, cualquier comentario religioso o chiste en colegio era considerado como 'cosas de niños', ahora no es así y el temor a los falsos imanes es una realidad"

Desde Melilla, el profesor Sergio Rincón insiste en que "hay que incidir en las familias más desfavorecidas". Ha dado clases de Música durante 12 años en un instituto donde el 100% de los alumnos son marroquíes y asegura no haber tenido ningún problema. "En Melilla la convivencia entre religiones existe. Hay una relación cordial entre musulmanes, cristianos, judíos y minorías gitanas", comenta.

Sin embargo, apunta a que desde los últimos años, cuando el número de atentados en Europa ha ido creciendo, las familias están más preocupadas. "Si bien hace cuatro años, cualquier comentario religioso o chiste eran considerados cosas de niños, ahora no es así y el temor a los falsos imanes es una realidad", señala. "Es fundamental que haya un control sobre los templos y mezquitas a los que acuden los chavales, por parte de las familias y de las autoridades", opina. Y agrega que es importante denunciar cualquier sospecha que se tenga sobre quienes enseñan "falsa religión": "El Islam no habla de matar".

Rezo masivo por el fin del Ramadán en Melilla

¿Religión musulmana en clase?

Mientras que desde UCIDE y el Observatorio Andalusí denuncian que el 95% del alumnado musulmán carece de clases de religión en centros públicos, docentes como Rincón cuestionan que sea necesaria esa asignatura. "Si se está intentando que desaparezcan las religiones en las aulas, tampoco tiene que estar la musulmana. Quien quiera aprender religión que vaya a otros centros y que estén controlados", reitera.

Si se está intentando que desaparezcan las religiones en las aulas, tampoco tiene que estar la musulmana. Quien quiera aprender religión que vaya a otros centros y que estén controlados"

"Actualmente solo se atiende una demanda básica, en la etapa de educación primaria, en las autonomías de Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Ceuta, Euskadi, Madrid y Melilla", añaden desde UCIDE. "Y todavía quedan alumnos sin clases de religión por toda España y profesores de religión islámica en el desempleo", añaden asegurando que en España hay 55 profesores para una comunidad de potenciales estudiantes de esta asignatura que cifran en 290.000 alumnos.

Mar Domínguez, presidenta de la Asociación Audiovisual Educar desde la Infancia, considera que muchos de los prejuicios entre unos colectivos y otros vienen por parte de los padres. "Los niños inmigrantes buscan empatía en sus compañeros, pero la falta de bondad, de conocimiento y de modernidad los padres de algunos alumnos propicia que no se integren mejor", apunta. Y recomienda Salam Alaikum, un cortometraje protagonizado por Salma e Ismael, niños menores de diez años musulmanes y residentes en Madrid para entender "cómo son y cómo viven en España". "Son un colectivo abierto, la gran mayoría no está radicalizada", determina Domínguez.

El atentado en Barcelona dejó 15 muertos y cientos de heridos

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