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Cultura

Elena Martín, la Erasmus que filmó lo que nadie cuenta de su generación

Elena Martín interpreta a Júlia, la protagonista de su película 'Júlia Ist"

La idiosincrasia de la generación Erasmus concentrada en 90 minutos. Con tan solo 25 años, la catalana Elena Martín vive a caballo entre el cine y el teatro, la interpretación y la dirección. Después de dar vida a la protagonista de Las amigas de Ágata, debuta como directora de cine con Júlia ist, una genuina película sobre la cara oculta de aquellos estudiantes europeos que han logrado una beca.

El proyecto europeo, que este año celebra su 30 aniversario, ha sido objeto de tantas etiquetas como alumnos han hecho la maleta para estudiar fuera de su universidad de origen durante seis meses o un curso completo. Irse de 'orgasmus', quizá la más recurrente. Sin embargo, más allá de las relaciones sexuales, las fiestas, las sesiones de Skype o las rupturas sentimentales asociadas a esta aventura, existe un lado más oscuro rara vez explorado.

Júlia Ist -que se estrena el 16 de junio en España y también llegará a Alemania- nació como el trabajo final de carrera de Martín y otras tres compañeras de la universidad Pompeu Fabra. Bajo la tutorización de Gonzalo de Lucas y los consejos de de directores como Mar Coll (Tres días con la família) e Isaki Lacuesta (La próxima piel), el grupo decidió desarrollar un largometraje que reflejase la soledad, las inquietudes, los miedos y el aprendizaje que se esconden detrás de las famosas fiestas. Al fin y al cabo, se trataba de mostrar lo que ellas mismas habían sentido como receptoras de las populares becas.

Más allá de las fiestas, las sesiones de Skype o las rupturas sentimentales asociadas a esta aventura, existe un lado más oscuro rara vez explorado

Júlia, la protagonista interpretada por la propia directora y co-guionista, estudia arquitectura en Barcelona, pero decide irse de Erasmus a Berlín para ingresar en la Universität der Künste Berlin (UdK), conocida por ser academia de arte más grande de Europa. Es la primera vez que sale de casa de sus padres y que tiene que enfrentarse a la obligación de pagar facturas o examinarse en otro idioma. La ciudad, fría y gris, le da una bienvenida más gélida de lo que imaginaba antes de que el avión despegase.

Berlín, fría y gris, acoge a Júlia de una manera más gélida de la que esperaba

Las becas Erasmus llevan 30 años moviendo estudiantes europeos, ¿qué ha aportado este proyecto a los cinco millones de jóvenes que, como tú, han participado de él?

Es una muy buena oportunidad para entender el concepto 'Europa'. Yo lo comprendí por primera vez cuando estaba de Erasmus en Berlín porque, de repente, te das cuenta de las similitudes que tenemos con otros países europeos. También hay diferencias, por supuesto, pero luego conoces a un americano y compruebas que en Europa, pertenecemos a una misma macrocultura. Es una plataforma muy interesante para coger perspectiva, conocer otras ciudades, otras personas... En mi caso, era la primera vez que salía de casa y que me mantenía gracias a la beca y al trabajo que tenía. Fue como un simulacro de independencia y punto de partida.

Quienes no han tenido la oportunidad de irse de Erasmus tienden a pensar que todo se reduce a fiestas. ¿Cuál fue tu experiencia? ¿Cuáles son para ti los clichés menos acertados?

Supongo que habrá viajes de todo tipo. Antes de irme, todo el mundo me decía cosas del tipo 'si no tienes relaciones, no te convalidan las asignaturas', pero la verdad es que me pasé el Erasmus currando muchísimo. Hacía reportajes desde Alemania para un programa la televisión de Cataluña, estaba en una escuela de cine y otra de teatro, por separado y, además, estaba haciendo una obra con amigas. Tuve máxima productividad y creo que el mayor cliché es pensar que la gente se va de Erasmus como evasión pura. Es mentira, muchos tenemos ganas de aprender.

Júlia Ist nació como un proyecto de fin de carrera

El título, traducido al castellano, sería Júlia es... ¿Qué es Julia? ¿Por qué tanta imprecisión?

Porque no es una historia de encontrarse a sí mismo. Cada situación es una vuelta a empezar y eso es lo que aprende. Cuando vuelves a tu ciudad de origen, el contexto es nuevo y tú has cambiado. Tanto en alemán como en castellano, el título está incompleto y es que, al final, no sabe lo que 'es'.

Júlia es tímida, pero tú no lo pareces, ¿en qué se parece la personaje a la actriz que lo interpreta?

El recorrido emocional del personaje está basado en hechos reales, pero las acciones concretas que describimos son ficción. Necesitábamos un guion para que salieran estos conflictos internos a la superficie. De carácter somos muy distintas, ella es menos sociable, yo hablo mucho, pero a nivel profundo, la verdad es que compartimos miedos.

He vivido toda la vida rodeada de arquitectos, mis padres y hermano lo son, así que es como mi segunda profesión

¿Por qué decidisteis que la protagonista estudiase Arquitectura en lugar de Comunicación Audiovisual, como vosotras? ¿Cómo os habéis documentado?

No queríamos que fuese estudiante de cine para no caer en el metalenguaje, así que a Marta, la productora, entendió que la Arquitectura podría ser una metáfora de cómo construirse una vida. Además, he vivido toda la vida rodeada de arquitectos, mis padres y hermano lo son, así que es como mi segunda profesión. Al principio, como respeto tanto ese mundo, por cada cosa que escribía, necesitaba la aprobación de todo mi entorno, pero al final nos desencallamos y el discurso terminó siendo más emocional y estando más relacionado con lo que queríamos contar del personaje. Le dimos el empaque para que tuviera coherencia.

¿Te han dado el visto bueno tus padres?

¡Sí! Y me ha alegrado muchísimo porque es algo con lo que sufría, que la cinta no terminara siendo creíble. Sería muy cutre salirse de la historia por un error de documentación. Eso sí, ahora faltan los estudiantes de Arquitectura de la UdK, que es donde estudia Júlia.

La protagonista estudia Arquitectura en la UdK

 ¿Qué es lo mejor de ser un estudiante español en Berlín?

Lo peor es el estereotipo, a veces piensan que vamos más de fiesta que a otra cosa, aunque esa percepción se cambia rápido. Lo mejor es todo lo que aprendes y lo que te da una ciudad tan viva y abierta como Berlín que, a su vez, es también hostil. Es tranquila, hay mucho espacio, encaja con mi carácter.

Hablas de estereotipos, un tema muy rentable en las comedias de los últimos años como 'Ocho apellidos vascos' o 'Un italiano en Noruega', ¿por qué no lo has explotado?

Porque creo que en el Erasmus hay algo más profundo que eso. Las personas comparten relaciones más intensas. Depende de la actitud de cada uno, si tienes la intención de integrarte y de aprender la gente te recibe con los brazos abiertos. Alguna hostia te llevas, pero no fue mi gran conflicto. Una vez, estaba en una fiesta y comenté en castellano que los alemanes eran muy arrogantes y, claro, la mitad  de ellos han ido de viaje a Sudamérica, así que hablan, chapurrean o entienden todo y me echaron una buena bronca...

No se trata de una chica que se va a Berlín, primero no está integrada y luego sí, sino de alguien que volverá a estar desubicado una y otra vez

¿Teníais decidido el final desde el principio de la película? 

Sí, era muy importante que la estructura fuese cíclica. De no volver a Barcelona, se quedaría en esa historia más banal de encontrarse a sí mismo. No se trata de una chica que se va a Berlín, primero no está integrada y luego sí, sino de alguien que volverá a estar desubicado una y otra vez. Después de la vuelta, terminará integrándose, pero seguramente vuelva a perderse, ya sea en su ciudad o en cualquier otra parte.

¿Crees que el inconformismo y la incertidumbre constantes es el mal de las generaciones que han tenido tantas oportunidades, como muchos Erasmus?

También puede ser la liberación. Aceptar que cada situación es un contexto distinto y que tú no eres nadie en concreto. Vas cambiando y te vas adaptando, lo importante es que después de aprender lo que aprende, tiene que volver a empezar.

Júlia Ist será estrenada también en Alemania

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