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Cultura

Vargas Llosa: "En mi época los nacionalistas eran vistos como viejecillos reaccionarios"

El Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa (d), y el profesor Rubén Gallo, durante la presentación hoy en Casa América de "Conversación en Princeton"

El escritor Mario Vargas Llosa vuelve a ejercer de tal y no sólo porque a sus ruedas de prensa hayan vuelto a acudir los periodistas culturales, sino porque ha retomado las riendas de su discurso público, ahora más cerca de las cuestiones históricas y políticas que de la información de Sociedad. Lo ha hecho en la presentación de Conversaciones en Princeton, un volumen que reúne sus conferencias sobre literatura, historia y política en esa universidad. Aprovechó el Nobel de Literatura para pronunciarse sobre el conflicto político en Cataluña. 

"No reconozco en la Barcelona de estos días  la Barcelona que yo viví", dijo refiriéndose a los años en los que la ciudad condal se volvió el epicentro del Boom Latinoamericano. "Durante los cinco años que viví en no conocí ningún nacionalista. De hecho, los nacionalistas catalanes, los pocos que veíamos, eran vistos como viejecillos anticuados y reaccionarios", dijo en Casa de América este miércoles. Sobre el tema catalán fue bastante más contundente. Aseguró que el "referéndum no se celebrará" y se refirió al "independentismo" como una enfermedad que ha crecido en Cataluña.

En este volumen ahora editado por Alfaguara se reúnen las conferencias sobre literatura y política que durante un semestre Mario Vargas Llosa  impartió junto al profesor Rubén Gallo. Ambos conversaron con los alumnos sobre teoría de la novela, y sobre la relación de periodismo y la política con la literatura, a través de cinco obras del autor: Conversación en La Catedral, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El pez en el agua y La Fiesta del Chivo.

Es, en efecto, una disertación sobre el papel del intelectual y el oficio del novelista. El libro recoge tres perspectivas. Por un lado, la voz del autor que desvela la trastienda del proceso creativo de sus obras y los secretos de su oficio. Por el otro, la voz de la crítica que analiza y cuestiona, personificada por el catedrático Rubén Gallo. Y por último la voz de los lectores, con sus incontables matices, interpretaciones e interrogantes que abren deliciosamente el juego, representada aquí por el activo coro de estudiantes de seminario de Princeton, como si de una pequeña muestra representativa de los millones de lectores que tiene Vargas Llosa en todo el mundo se tratara.

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