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Cultura

El disco de Madonna es la tercera filtración: así pierde la industria la batalla en la Red

Una imagen del nuevo álbum de Madonna.

No es la primera vez: ya le ocurrió a Madonna, en 2011, cuando Give me all your love comenzó a distribuirse antes de su lanzamiento oficial. Cuatro años después vuelve a pasar lo mismo: después de que en diciembre se filtraran 14 canciones de su nuevo disco Rebel Heart, la diva del Pop ha confirmado, ahora sí, la difusión de la totalidad del álbum. Ésta la segunda filtración cinematográfica en lo que va de año y la tercera para la artista.

A dos meses de su publicación, en enero de 2015, Vulnicuram, el nuevo disco de Björk, también comenzó a circular por internet. Se difundió así el tracklist del álbum y la portada de la placa en la que participan también Antony Hegarty de Antony and the Johnsons. Pero la lista sigue… Amazon publicó en formato MP3 las canciones de High Hopes, el que entonces era el más reciente disco de Bruce Springsteen y aunque éstas fueron borradas del sitio, inmediatamente se propagaron en webs de descarga ilegal. El disco, que tenía fecha de lanzamiento oficial para el 14 de enero de 2014, se filtró quince días antes. El cuarto álbum de One Direction, Four, debía salir a la luz el 17 de noviembre del año pasado, diez días antes fue publicado en Internet y Prism, el tercer disco de Katy Parry, llegó a la red una semana antes de su lanzamiento oficial. 

La industria musical lleva años intentando detener esta sangría de discos en Internet. Incluso hasta habían pensado una fecha fija para los lanzamientos en todo el mundo: los viernes serían los días acordados para que todos los artistas presentaran sus novedades. La mayoría de los ejecutivos de las principales discográficas apoyan la medida, porque podría ayudarles a recuperar algo de terreno en la lucha contra la piratería.

Si un álbum sale a la venta en Australia un viernes y en Estados Unidos un martes de la semana siguiente, esos cinco días son suficientes para que muchos de los temas sean subidos a la red y descargados de manera ilegal. El lanzamiento mundial que hizo Beyoncé en iTunes de su disco permitió maximizar la rentabilidad y generó una respuesta mucho más amplia en las descargas. Sin embargo, esto supone no sólo un cambio de fechas, sino la modificación de todo un modelo de negocio.

El mercado ha cambiado y las formas de consumir música también. Hace tan solo dos años, los servicios digitales internacionales de mayor envergadura, como iTunes, Spotify y Deezer, tenían presencia en poco más de 20 países. Hoy día, están en más de 100, entre ellos, mercados emergentes en rápida expansión como Brasil, India y Rusia. Eso, por supuesto, es un detalle que las discográficas no pasan por alto. ¿Para qué vender por partes cuando se puede vender a la vez en todo el mundo?

De acuerdo con el informe sobre música digital de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica los ingresos de las discográficas por ventas digitales han ascendido a 600 millones de dólares (un 9% más), lo que representa más de un tercio de los ingresos totales de la industria (34%). Si a eso se suma que los canales digitales representan la mayor parte de los ingresos en un creciente número de mercados, incluidos India, Noruega, Suecia y los Estados Unidos, pues resulta obvio que ante nuevos escenarios hay que implementar nuevos métodos.

Los servicios de suscripción musical representan cerca del 70% de los ingresos por ventas digitales en todo el mundo. Las principales compañías en el área de la tecnología –Amazon, Apple, Google y Microsoft– han ingresado al mercado o mejorado sus servicios, lo cual echa las bases –según productores y responsables- de una estrategia donde lo global se imponga a lo local… A ver si a Madonna no le filtran un disco por tercera vez.

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