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Cultura

Mara Torres: "El periodismo me enseñó a contar historias"

Su nombre no sonó entre las quinielas hasta ya muy avanzada la tarde. Su anuncio como finalista del 61 Premio Planeta tomó por sorpresa a muchos y torció el gesto en otros, lo que sí es cierto es que la periodista madrileña Mara Torres ha debutado doblemente: con su primera novela; y en el ruedo literario, al que ha entrado a lo grande haciéndose un lugar en uno de los premios literarios de mayor importancia en España.

La novela con la que ha quedado finalista lleva por título La vida imaginaria, una historia que narra el desamor y también, la capacidad de reconstruirse y volver a soñar a pesar de la soledad. Su protagonista, Fortunata Fortuna, tendrá que verse obligada a reinventarse pero también a negociar con la ensoñación y la fantasía.

Mara Torres, actual presentadora del informativo La 2 Noticias, estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y aunque su carrera se ha forjado en la radio, la novela con la que ha quedado finalista del Premio Planeta no es exactamente su debut, puesto que ya ha publicado Sin ti. Cuatro miradas desde la ausencia, un libro de relatos protagonizado por personas que perdieron a un ser querido.

Desde hace seis años Torres forma parte de los servicios informativos de TVE y presenta La 2 Noticias, el informativo más premiados de la historia de la televisión -con más de 150 galardones desde que en 1994 comenzara su emisión-, pero antes pasó por la Cadena SER, donde coincidió con Iñaki Gabilondo en la redacción del programa Hoy por hoy.

Su carrera en la radio tomó rumbo definitivo a partir de 2006, cuando empezó a presentar Hablar por hablar, el programa  líder de las madrugadas y que además se convirtió en el tema para otro de sus libros, pues parte de las historias y anécdotas que contaban los oyentes quedaron recopiladas en Hablar por hablar. Historias de madrugada.

La vida imaginaria, ha dicho, es una novela que “reivindica la capacidad de soñar”. La historia de Fortunata Fortuna parte del desamor pero, ¿adónde pretende llegar?

La novela comienza cuando a Fortunata la dejan  y ella tiene que empezar con treinta y pico, con toda la vida por delante, a reconstruir su vida. A volver a salir por la noche, volver a conocer gente, volver a saber qué haces con tu vida los domingos por la tarde. Ella encarna ese momento en el que las personas deben empezar  a reconstruir su vida, porque tal y como la tenían planificada no va a resultar.

Una mujer, treinta años, en una trama sentimental de abandono y desencuentros. Es la idea más común para hincar el diente en la vulnerabilidad y la soledad, incluso algo tópica.  

Es cierto la vulnerabilidad a esa edad es distinta. Separarse a los 20 o separarte a los treinta y pico genera cambios. A los 20 vuelves a rehacer tu vida, a los 35, a los 40 a los 50  tienes planificada una vida y pensabas que iba a ser así para siempre, por lo menos a largo plazo. Cuando de repente se rompe y ese plan salta en mil pedazos sí supone  un momento de máxima vulnerabilidad, y no me refiero a que sea a un tópico en las mujeres sino en las personas.

¿Cómo refleja Fortunata esos destrozos afectivos?

La novela también tiene muchas otras pequeñas historias de amor, porque cada quien tiene la suya. Si hay algo que nos pasa a todos a partir de una edad es que todos vamos con nuestras mochilas sentimentales y claro, en la novela hay muchos personajes que van con su mochila sentimental, así que no es sólo la historia de Fortunata Fortuna sino la de todos los que vuelan a su alrededor.

¿Qué hay detrás del nombre de Fortunata Fortuna?

Cuando leí Fortunata y Jacinta de Galdós me quedé fascinada con el personaje de Fortunata, tan fascinada que nunca he entendido por qué Fortunata no se convirtió en un nombra usado. A ella la llaman Nata en la novela, justamente para reflejar las dos partes, ese diminutivo que suena  bonito, dulce, y Fortunata. Ella misma se lo pregunta en la novela, dice, quién soy, Nata, la que sonríe, la que siempre está contenta o Fortunata la que cuando llega a casa por las noches se mete en la cama a llorar. 

Tienes dos libros, uno de crónicas donde hablas de su experiencia periodística, otro de relatos. Pero ésta es su primera novela. Es, por decirlo, una debutante.

Sí, esta es la primera novela de ficción pura y dura, pero el primer libro,  que era Hablar por hablar, eran las historias de la radio que me contaban los oyentes. El segundo libro Sin ti, eran cuatro relatos que venían de entrevistas. Cada relato salía de una entrevista de 20 o 30 horas con sus protagonistas y ahí es verdad que por una parte era muy periodístico, pero por otra, tenía que recrearlo literariamente, tenía que convertir una entrevista en un relato con un principio, un nudo y un desenlace. Ahí trabajé mucho cómo hacer literatura de la experiencia real  esta última parte es cómo hacer parecer real algo que te has inventado.

-¿Se prestan algo periodismo y literatura?

-Se prestan. Sí. El tiempo que hice Hablar por hablar me enseñó a contar historias, como La 2 Noticias, que nos enseña a buscar historias más allá de los márgenes puros de la actualidad, me aporta mucho.

-¿Ha pensado en aparcar la carrera periodística para dedicarse a escribir?

El trabajar me ha dado libertad para escribir. No quiero estar atada a fechas de entrega. Esa libertad cuando pueda me lo plantearé, pero dejar una de las dos, tendría que planteármelo muy bien, porque sólo escribir es un elemento de presión.

-En la ceremonia dijo que escribió esta novela para evadirse. Visto así, es lógico pensar que como necesidad vaya a más. La literatura no es algo ocasional, ni es punto de cruz.

En realidad yo escribo desde pequeña, tengo como 30 o 40 cuadernos . Pero sí es cierto que una cosa es a necesidad vital de escribir y otra es la necesidad de escribir para compartir con un lector, es distinto.

-El periodismo, por distintas circunstancias, está atravesando uno de sus momentos más difíciles y es justamente hoy más necesario contar historias. ¿Qué visión tiene del periodismo que se intenta hacer, a pesar de la precariedad laboral, de los retos tecnológicos, de los cambios sociales?

-A la crisis descomunal que tenemos encima, que ha afectado a todas las profesiones y a todas las personas, en nuestro caso se suma que la profesión está viviendo una profunda transformación. Está dirigiéndose hacia algún lugar al que creo que va a llegar, porque el periodismo es un superviviente nato pero no se está redibujando el papel del periodista tal y como lo conocíamos hasta este momento. Ha sido una explosión, por una parte la crisis y por otra parte la transformación. Eso ha provocado una hecatombe pero estoy segura de que saldrán nuevas formas de enfocar la profesión.

-¿De quién se siente  heredera literariamente?

-La primera, sin duda, las voces de los poetas. Hay un verso de Benedeti, un verso de José Hierro, un verso de José Ángel González, un fragmento de Oliveiro Girondo. Los poetas han estado siempre presente en mi trayectoria como lectora. Me siento totalmente deudora de la poesía española del siglo XX, muy especialmente de los años 50 para acá y también de mediados del XIX.

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