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Cultura

PP y PSOE consiguen un acuerdo... en una librería: Andrea Levy y Eduardo Madina sobre literatura

Una imagen del encuentro.

Son las siete y media de una tarde sin pactos... a pesar de la propuesta in extremis para evitar la convocatoria a unas nuevas elecciones. Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido Popular, y Eduardo Madina, ex secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, han acordado sentarse hablar. No cocinan una conspiración, al menos no una del tipo partidista. En un momento en el que nadie es capaz de coincidir en nada, ambos parecen muy dispuestos a compartir algo que los une: la lectura. Porque de eso va este asunto: de libros. Con sus apenas 32 años, la popular Andrea Levy se muestra más -pero bastante más- del Houellebecq de Plataforma que de La catedral del mar  que en su momento eclipsó a Mariano Rajoy. Madina, con unos años y unas cuantas lecturas a cuestas, tiende a sus infalibles: los autores centroeuropeos. Con esas credenciales, y ese punto de partida, llegan al número 27 de la madrileña calle Pez, a la librería Cervantes & Compañía. Allí levantarán su gobierno libresco.

Andrea Levy se muestra más -pero bastante más- del Houellebecq de Plataforma que de La catedral del mar de Mariano Rajoy

Los han convocado Rafa Rubio e Inma Aguilar, asesores políticos que impulsan desde hace ya un tiempo El Breviario, un club de lectura y pensamientoInma Aguilar fue, por cierto, la que asesoró a Madina en la campaña por las primarias del PSOE que ganó Pedro Sánchez. "Por eso perdimos, lo que hicimos fue leer. La gente cree que fue por otras razones, pero fue por eso", dice irónico un Eduardo Madina que parece más de vuelta de todo que en campaña, aunque a veces quien lo escucha sienta lo contrario. En principio, el socialista y la popular debían hablar de Limónov, la novela biográfica que Emmanuel Carrere escribió sobre el escritor y político ruso, pero el asunto queda en la nebulosa -Madina no ha leído el libro, todo sea dicho-. Así que la conversación desemboca en la relación no del todo fluida entre los políticos y los libros. Y aunque el primer y más íntimo acto político es la lectura, cuesta creer que quienes acuden esta tarde pertenecezcan a partidos con liderazgos cuya falta de relato entraña una ignorancia o al menos un desinterés épico por tal cosa como un libro.

El indie sociata y la hipster de derechas. Vaya por delante la grapa del topicazo. Sin embargo, de ser otros los portavoces, el asunto sorprendería más -¿quién imagina un mano a mano del tipo Rajoy-Sánchez en este registro?-. Tanto Eduardo Madina como Andrea Levy son conocidos por sus inquietudes musicales y lectoras. Tienen unas ciertas sensibilidades y la capacidad para comunicarlas.  Uno, de momento, dice tener mucho más tiempo para leer luego de no haber sido elegido como diputado por el Congreso de los Diputados. Andrea Levy, a pesar de ser una las caras visibles del PP, no le hace feos al acto regular de la lectura. El asunto quedó recientemente demostrado en un trabajo de prensa publicado en eldiario.es en el que un líder político debía recomendar a otro un libro para su lectura. Llovieron títulos y puñales por igual. El único caso caso de los que optaron por no navajearse en sus recomendaciones fueron Madina y Levy. Él le recomendó a ella El Danubio, de Magris. Ella a él Limónov.  Hay cierta paz y lecturas entre ambos. A tal punto de que se han regalado un libro mutuamente nada más entrar. "En realidad son las bases de una gran coalición", bromea Levy. "Lo hace porque va en rollo vicesecretaria del PP -responde Madina con risa incluida-...La verdad le recomendé el Danubiopor su apellido. Me recuerda a Primo Levi, en un momento de mi vida su literatura me salvó".

-Creo que si existe un libro que resume lo que pocurre actualmente España, ese es La broma infinitade Foster Wallace -dice Eduardo Madina.

-Pues si has conseguido leerla completa, eres mi ídolo -dice la popular aludiendo a un título cuya extensión y estructura lo hacen pasto fácil de postureo.

-No, es más bien por lo de derrota histórica que tiene -remata Madina-. Eso sí, nada más por el título puede alguien hacerse a la idea. 

Las lecturas influyen en un político, asegura Andrea Levy. Sin embargo, no siempre la realidad le permite convertirlas en parte de su discurso. "Puedes hacer un gra discurso de 20 minutos en el que profundices muchísimo, pero te van a titular: Rajoy arremete contra Ciudadanos. Somos prisioneros de un discurso cerrado que busca que todo se sintetice y se convierta en un objeto de consumo masivo". Es lo que tiene ir a La Sexta Noche . A pesar de que lo que dice suena a disculpa, hay cierta verdad en sus palabras. Más allá de eso, queda una pregunta de fondo: ¿es una forma de postureo aquello de apelar a las lecturas solo en campaña electoral? "Hay algo que se nota mucho, especialmente en el político: la falsificación. Según han ido pasando los años, la gente detecta cada vez más rápido cuando alguien cuenta un cuento que no se cree ni él. Y en el libro eso es sencillo de ver (…) En las encuestas que nos suelen hacer, donde nos preguntan por libros, discos... siempre hay una asesor listillo que te dice: cuando te pregunten por un libro, responde por el más leído, que es el que genera empatía", dice Madina. El socialista cita, por cierto, Los pilares de la tierra, el best seller de Ken Follet que solía citar una conocida líder política. Por aquello de que tenía tirón. Y aunque él es un entusiasta de la literatura centroeuropea, también reconoce a modo de cachondeo: "Es algo que me interesa y que leo de un tiempo a esta parte. Claro, si digo en una entrevista que estoy leyendo Una tumba para Davidovich, no me vota nadie". 

"Claro, si digo en una entrevista que estoy leyendo Una tumba para Davidovich, no me vota nadie", asegura Madina

Resulta inevitable preguntar a Andrea Levy si es cierta la respuesta que dio María Dolores de Cospedal a un periodista, al asegurar que le gustaba -y mucho- Amelie Nothomb, concretamente Estupor y temblores. "Es algo que no sé, pero me parece un buen asunto para tratar en la próxima ejecutiva", responde Levy. Chica lista. Sobre la escritora belga, por cierto, la joven abogada asegura haber leído Barba azul. Valga decir que en esta conversación no hay excesivo entusiasmo por el bestseller, pero tampoco menosprecio... aunque sí algo de pudor. "Debo confesar que leo bestseller en secreto. Leí El Código Da Vinci Cincuenta sombras de Grey. Me sorprendió que existiendo textos como los de Anaïs Nim, la gente se sorprendiera con eso. A veces se pone de moda un tema, cuando hay otros que lo han escrito muchísimo mejor y sin la historia final edulcorada de que toda mujer lo que necesita en su vida es un hombre, que es lo que dice en realidad Cincuenta sombras de Grey. Por eso se vendió tanto. No por los libros, sino por el príncipe y la princesa que acaban juntos", asegura la socialista, que declara además su afición a Bukowski.

Se escapan los minutos para preguntar a Eduardo Madina si tiene pruebas de que José Luis Rodríguez Zapatero hubiese leído aunque fuese el prólogo del Quijote -el ex presidente lo citaba como su libro de cabecera-, pero el tiempo va rápido y hay que seguir. Por eso Madina ha de responder a otro asunto entre lo esperpéntico y lo cervantino: el gesto celebratorio que tuvieron los parlamentarios de esta legislatura de colocar unos quevedos sin cristales a los Leones del Congreso de los Diputados como una forma de fomentar la lectura de Cervantes. "No me gustaría decir esto, porque suena horrible, pero muchos de los diputados deberían pasar más tiempo en la biblioteca del Congreso que sentados perdiendo horas muertas en el parlamento. La imagen del león con unas gafas me parecio un poco rara... Pero bueno, es la nueva política, luego vi a Toni Cantó ... y ya dije, ah claro. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos: este es un país que no se ha leído el Quijote ni nada de Cervantes. Que ha hecho el ridículo en el cuarto centenario comparándolo con Shakespeare. Un país en el que se compran, se leen muy pocos libros y el número de bibliotecas públicas es pequeño".

Los políticos deberían dedicar algo más de tiempo a leer. Algunos lo hacen. "Compartí en la secretaría con Pepe Griñán, un hombre bastante leído. Lee mucha literatura centroeuropea, yo también. Hablábamos de Magris, de Saba, Danilo Kis… Ahora, creo que si le llegaba a preguntar a cualquier miembro de la ejecutiva de Zapatero qué le parecía, por ejemplo, Scipio Slataper, probablemente hubiesen solicitado mi baja del PSOE”.  ¿Se recomiendan libros los políticos? ¿Se los ve prestarse alguno? "No tiene pinta", descerraja Madina. El socialista, eso sí, alude que los libros son una foto del lector en distinras etapas de su vida, reconoce que los de sus años como parlamentario europeo suponen "una herida" en su biblioteca. 

Madina: "Muchos de los diputados deberían pasar más tiempo en la biblioteca del Congreso"

"Pasé mucho tiempo leyendo sobre integración europea, procesos de co-decisión en el parlamento, la historia del proceso de integración… Y eso no servía para nada. En una ocasión, en una comparecencia a la que fue Saramago, un diputado le preguntó si pensó alguna vez un libro sobre un parlamento europeo. Saramago respondió: ya está escrito, lo escribió Kafka. El proceso podría perfectamente ocurrir en el parlamento europeo. Esa etapa es una herida en mi biblioteca, el tiempo de incomprensión de las cosas con las que me tocaba trabajar. Un tiempo bastante manual y poco literario”. 

Hay  -en uno más que en otro- solvencia en sus lecturas y en la manera de referirlas: las que tendría alguien para quien los libros forman parte de lo cotidiano y no una excepción en campaña electoral. Eso sí: ni Levy ni Madina leen poesía. En tiempos de series de televisión -el nuevo folletín decimonónico, apostilla Madina-, Andrea Levy se declara una entusiasta de las cartas como género literario: las de Henry Miller a Anaïs Nin, también las de Napoleón a Josefina... o de Simone de Beuvoir a Sartre. ¿Algún libro quedó a la mitad en la biblioteca de alguno? "Ensayo sobre la ceguera, por la angustia que me produjo", asegura la catalana, que invierte las horas de AVE entre Barcelona y Madrid para leer. A Madina, como él mismo asegura, le queda ahora mucho más tiempo para dedicarse a la lectura. Después de más de una hora de conversación en un día sin pactos y con Champions, la librería Cervantes & Compañía continúa llena. Para ser una primera comparecencia, la capacidad de convocatoria de esta coalición haría pensar a cualquiera en las bases para constituir un partido lector. O acaso, por qué no, un gobierno lector. 

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