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Cultura

Por qué Felipe González quiso acelerar la abdicación y Rubalcaba retrasarla

El expresidente del Gobierno Felipe González.

El Partido Socialista fue fundamental en la maniobra política de la abdicación de Juan Carlos I. Qué interés tenía Felipe González en acelerarla y cuáles otros, como Alfredo Pérez Rubalcaba, para retrasarla al máximo. Las claves aparecen en las páginas de Con el rey y contra el rey (La Esfera de los Libros), libro en el que el historiador Juan Francisco Fuentes muestra el giro del PSOE desde el republicanismo al juancarlismo. La lucha de fuerzas internas del partido y los intereses políticos de cara al fin del reinado de Juan Carlos I forman parte de esta entrevista con Fuentes.

"Felipe González intenta acelerar la abdicación porque sabe que al rey se le ha acabado el tiempo y Alfredo Pérez Rubalcaba intenta alargarlo"

"Felipe González intenta acelerar la abdicación porque sabe que al rey se le ha acabado el tiempo y Alfredo Pérez Rubalcaba intenta alargarlo y llegar al Congreso del PSOE para tener la situación bajo control y evitar que la abdicación se produzca en un momento de vacío de poder en el partido”, explica. Sin embargo hay algo más: la confrontación que eso genera y sus consecuencias en el PSOE. Con el rey y contra el rey cuenta, en palabras de sus editores, una historia muy difícil de escribir y muy fácil de leer: cómo el Partido Socialista, fundado en 1879 en plena Restauración canovista, evolucionó desde su tradicional hostilidad a la Corona a su firme compromiso con la monarquía constitucional encarnada en Juan Carlos I, definida en alguna ocasión como una “república coronada”.

"Ese giro copernicano sería incomprensible sin la dura experiencia de la clandestinidad y del exilio posterior a la Guerra Civil”, asegura Fuentes refiriéndose a una situación que llevó a los principales dirigentes socialistas a considerar inviable una restauración de la Segunda República. En este ensayo publicado por la Esfera de los Libros, Fuentes se propone desmontar el mito republicano del partido fundado por Pablo Iglesias en el siglo XIX. Según el autor, el apoyo o rechazo de los socialistas a la monarquía ha dependido de las circunstancias. Se trata de un asunto “accidental” y eso es justamente lo que ha permitido sobrevivir durante todos estos años en los diferentes regímenes. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense y especializado en el socialismo español, habla sobre algunos de estos temas.

-¿Quién es, incluso a día de hoy, la figura más visible del PSOE en una relación directa con Juan Carlos I?

-Sin duda, Felipe González, aunque Juan Carlos I mantuvo muy buena relación con las diversas generaciones de dirigentes socialistas que se han sucedido de la transición a nuestros días.

-El PSOE tuvo un papel decisivo en el hecho de que Juan Carlos pudiera abdicar a tiempo, con un congreso a favor, ¿pero de qué tipo y quién fue la figura clave?

-Lo de un "congreso a favor" estaba por ver: podía haber sido un congreso en contra. Lo que explico en el libro es una situación sumamente delicada porque hay un conflicto en los tiempos que afecta a los dos líderes socialistas que intervienen en el proceso: Felipe González intenta acelerar la abdicación porque sabe que al rey se le ha acabado el tiempo y Alfredo Pérez Rubalcaba intenta alargarlo y llegar al Congreso del PSOE para tener la situación bajo control y evitar que la abdicación se produzca en un momento de vacío de poder en el partido. Felipe y Rubalcaba son las dos personas clave. Lo curioso es que, buscando lo mismo -la salvación de la monarquía constitucional-, manejan tiempos completamente distintos que podían entrar en colisión.

-Hasta qué punto o cómo ha sido 'la gratitud' de unos para con otros (PSOE-Rey) en su dinámica de apoyos.

-Esa es una vieja teoría de la derecha y especialmente de la extrema derecha: que la Corona y el PSOE se vienen tapando las vergüenzas mutuamente.

-¿Cómo lleva el PSOE algunos temas relacionados con Juan Carlos I: posibles comisiones (el AVE a la meca, por ejemplo) o la participación de figuras como Corinna en una agenda pública española?

-Provoca incomodidad, pero creo que el PSOE ha hecho borrón y cuenta nueva con el fin del reinado de Juan Carlos I y ahora está en otra cosa. Si alguien en la izquierda está pensando en abrirle un juicio político a Juan Carlos I debería leer lo que cuento en mi libro sobre el proceso que le abrieron las Cortes de la República a Alfonso XIII. Una "pamplina", según Indalecio Prieto.

-¿Qué líder del PSOE ha tenido una relación más bronca con Juan Carlos I?

-Creo que con el PSOE pasa lo mismo que con el conjunto de las fuerzas políticas constitucionales: las relaciones más difíciles y la actitud más crítica con Juan Carlos I hay que buscarlas en la derecha. Con el PSOE ocurre algo parecido: sus líderes más críticos con el rey están en el ala derecha. La izquierda del partido, en general, se ha llevado muy bien con él. Zapatero, por ejemplo, mantuvo una excelente relación personal e institucional con Juan Carlos l.

-Plantea que el apoyo o rechazo de los socialistas a la monarquía ha dependido de las circunstancias, es “accidental”. ¿De qué forma se proyecta eso sobre el momento actual en el que ambos atraviesan una árida etapa de descrédito?

-El accidentalismo del PSOE encaja también en esta coyuntura: la idea de que hay cosas mucho más importantes que la forma de gobierno. Lo dijo Largo Caballero, el llamado "Lenin español", en 1945: lo importante es la libertad, luego que cada cual le ponga el nombra que quiera.

-Sobre lo anterior,¿ cómo es esa misma relación con Felipe VI?

-Creo que es una buena relación favorecida por el cambio generacional que se ha producido a la vez en la Corona y en el PSOE. Sería fácil establecer un paralelismo con Juan Carlos I y Felipe González, cuya "complicidad" generacional fue decisiva en su entendimiento. Felipe VI y Pedro Sánchez tienen la misma diferencia de edad (cuatro años a favor del rey) que Juan Carlos I y González. Pero ese paralelismo puede ser un poco engañoso. No creo que el actual rey y el actual líder del PSOE lleguen nunca al nivel de entendimiento que tuvieron sus predecesores, entre otras cosas porque el recorrido de Pedro Sánchez al frente del PSOE puede ser mucho más corto que el de González.

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