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Cultura

El fichaje estrella de Botella en cultura deja el Ayuntamiento sin aludir a su imputación en Asturias

Natalio grueso se marcha del Ayuntamiento de Madrid.

Cuando en el Ayuntamiento soñaban con unos Juegos Olímpicos, su nombre sonó a música celestial. Se trataba de Natalio Grueso, ex director del Centro Cultural Niemeyer, quien había convertido Avilés en una glamorosa pasarela: desde Woody Allen hasta Kevin Spacey. Botella lo fichó con la intención de que Grueso hiciera lo mismo en Madrid. No sólo no se consiguieron los juegos. Tampoco se consiguió transformar Madrid en la potencia escénica que deseaba la alcaldesa y el entonces concejal de las artes Fernando Villaloga. A esto se suma la noticia: Grueso ha anunciado este jueves a los responsables de Madrid Destino y del Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid que dejará la dirección de Programación de Artes Escénicas el próximo 1 de junio.

Grueso, quien  fue imputado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Avilés por presunto delito societario en la gestión del Centro Cultural Niemeyer, deja el Ayuntamiento para centrarse en otros proyectos y comenzar "una nueva etapa profesional a partir de esa fecha", "un ambicioso e ilusionante proyecto profesional -ha dicho él mismo- dedicado a la creación y producción artística y literaria". Su salida ocurre además en un momento de especial tensión, ya que se habla desde verano de la intención del Ayuntamiento de privatizar los teatros que dependen directamente de la unidad que gestiona grueso, a saber: el Teatro Español, las Naves del Español en Matadero, el Teatro Fernán Gómez y el Teatro Circo Price.

En un comunicado, el Ayuntamiento ha indicado que Natalio Grueso ha transmitido a Madrid Destino y al consistorio su deseo de "agradecer a la alcaldesa de Madrid, a Fernando Villalonga, a Pedro Corral y a todos los equipos municipales su generosidad y colaboración en estos maravillosos años en una de las ciudades más vibrantes culturalmente del mundo".Ha extendido su agradecimiento "a todos los compañeros de la profesión" por "su talento y entusiasmo" y ha añadido: "Ha sido un lujo trabajar con todos ellos".

Grueso llegó al Ayuntamiento de la mano de Fernando Villalonga, hombre cercano a los Aznar-Botella y que abandonó el Ayuntamiento el año pasado.

Grueso llegó al Ayuntamiento de la mano de Fernando Villalonga, hombre cercano a los Aznar-Botella y que abandonó el Ayuntamiento el año pasado. Sin embargo, en su momento fue el hombre cultura de Ana Botella cuando relevó en la alcaldía al ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardópn. Para muchos, fue el dedazo estrella. Entonces Villalonga era el delegado de las Artes, cargo que abandonaría para convertirse en presidente de Madrid Destino, la empresa municipal que agrupa las actividades culturales del Ayuntamiento de Madrid y que Villalonga capitaneó tras verse obligado a dejar su cargo como concejal de las artes tras la sentencia del Tribunal Constitucional según la cual los concejales delegados no electos no podían formar parte del Gobierno municipal.

A Grueso le precedía su fama; y no precisamente buena. Sí, es cierto, llevó a Woody Allen a Avilés, también a un buen puñado de estrellas. El porblema fue cuánto costó aquello y de qué manera se hizo. No fueron minucias lo que encontró la presidenta de la Fundación Centro Niemeyer y consejera de Cultura del Principado, Ana González, en las cuentas de la institución. Su antecesor, Natalio Grueso, dejó cuentas poco claras y estrafalariamente altas en el caso de algunas justificaciones, por ejemplo, más de 180.000 euros de gastos por concepto de cafeterías y restaurantes. A este tipo de cosas fue a las que Ana González llamó "salvedades". A esas se sumaron otras irregularidades que aportan más indicios a la justicia para imputarle por presunto delito societario.

En febrero de este año, grueso declaró en Avilés. "No me ocupaba de las cuentas. Tenía bastante trabajo con crear el mayor centro cultural del mundo". Fue el argumento que dio el ex director del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer en Avilés en su comparecencia ante la Comisión del parlamento asturiano que investiga la gestión del centro. Lo hizo en un pequeño alegato en defensa de sus cinco años de trabajo al frente del centro asturiano y se negó a responder a las preguntas de los diputados apelando a su condición de imputado por la causa penal que se sigue en el  juzgado avilesino por esta causa.

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