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Cultura

La España que no estaba lista para contar con una mujer fotógrafo, médico o abogado

Rocío Durcal en el rodaje de Las leandras, 1969. © Juana Biarnés

Fue una fotógrafa entre hombres. Hija de un fotorreportero deportivo, aprendió con él todo lo que del oficio necesitaba saber: desde cómo encuadrar y calcular la luz para capturar a veloces deportistas –acompañaba a su padre a campeonatos y partidos- hasta el raro trance del revelado, ese proceso en el que lo que está latente, invisible, se manifiesta como imagen. Se trata de Juana Biarnés (Terrassa, 1935), la primera fotoperiodista española.

Comenzó en la década de los sesenta, como colaboradora para el diario Pueblo. En el día a día de la realidad informativa, confirmó lo que su padre le había advertido tantas veces: “España no está preparada para una mujer fotógrafo, ni una mujer médico ni una mujer abogado”. Y así fue. Hasta la década de los 70, Biarnés tuvo serias dificultades para acceder a actos oficiales con presencia institucional, como por ejemplo entrar a las Cortes, a pesar de poseer un carnet profesional.

Su carrera comenzó a despuntar tras un reportaje sobre las inundaciones de Vall d’Uxó en 1962 que afectaron gravemente a su Terrassa natal. A partir de entonces desarrolló con extraordinaria calidad dos grandes bloques temáticos estrechamente entrelazados que definen su obra: reportajes de actualidad social y una segunda línea, dedicada a figuras célebres que capturó con su lente: Paul McCartney o Roger Moore en la Barcelona de los sesenta o una jovencísima Rocío Durcal en el rodaje de Las leandras.

En los primeros ilustra la transformación de la sociedad española de los 60 y 70, tanto con imágenes del mundo rural como sobre las primeras médicas y abogadas; el segundo bloque, dedicado al mundo del espectáculo y la cultura, se inició con su entrevista a los Beatles en 1964 y se amplió con fotografías de actores, cantantes, toreros, bailarines, pintores y miembros de la sociedad de la época. Una de las más curiosas imágenes es ésta: la de Rocío Durcal en el rodaje de Las leandras, en 1969.

Biarnés abandonó la profesión en los años 80 tras diferentes experiencias negativas que le llevaron a afirmar que la fotografía había perdido cualquier sentimiento. Se trasladó a Menorca, donde abrió un restaurante que regentó hasta su jubilación. Diferentes iniciativas, como el reciente documental 'Una fotógrafa entre hombres. La historia de Juana Biarnés' y su legado se merecen un desagravio. Su historia necesita volver a ser contada. Y qué mejor ocasión que ésta.

Inyectar vida, devolverla al presente

La edición de un libro con lo mejor de su trabajo se publica ahora en la Biblioteca Photobolsillo de La Fábrica. Biarnés vuelve a la palestra con una selección de 63 imágenes en blanco y negro realizadas entre 1956 y 1972. En ellas aparecen retratados tanto personajes anónimos rurales y urbanos, como por ejempoo Felipe VI cuando era niño, pasando por figuras públicas como Rudolf Nureyev, Joan Manuel Serrat, Carmen Sevilla, Pilar Miró, Luis Miguel Dominguín, Manuel Benítez “El Cordobés”, Salvador Dalí o Santiago Bernabéu.

Prologado por Jordi Rovira, periodista, director de la revista del Colegio de Periodistas de Cataluña y codirector del documental Una fotógrafa entre hombres. La historia de Juana Biarnés, el libro se presentará el jueves 7 de mayo a las 20.15 h en La Fábrica (Alameda 9, Madrid).

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