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Cultura

Detroit podría subastar sus 12 murales de Diego Rivera para financiarse

Una agujero de 19.000 millones de dólares ha convertido Detroit en la ciudad con más deuda de todos los Estados Unidos. Después de un crecimiento continuo en la década de 1950 con el empuje de la industria automovilística, llegó a alcanzar los 1,8 millones de habitantes, hoy en cambio apenas tiene 684.000 residentes. El paisaje no es para nada alentador.

Cerca de 80.000 edificios están abandonados o tienen serios desperfectos. El 40% de las farolas callejeras no funcionan. La tasa de paro llegó al 18%, más del doble de la cifra a escala nacional. El total de 317 parques que tenía la ciudad se redujo en 2009 a solo 107, por no poder pagar su mantenimiento.

A esta ola de decadencia se suma, por supuesto, el peligro de abandono a sus mayores joyas artísticas: los 12 murales que Henry y Ethel Ford encargaron en 1932 al mexicano Diego Rivera y que ahora forman parte del Instituto de Artes de Detroit.

En declaraciones a la a la agencia Efe, Gregorio Luke, exdirector del Museo de Arte Latinoamericano de Long Beach (California), mostró especial preocupación por los murales de Rivera. Advirtió de que pueden caer en manos de coleccionistas privados si los acreedores de la capital de Michigan deciden subastarlos para recuperar parte del dinero adeudado.  

Pamela Marcil, portavoz del Instituto de Artes de Detroit, dijo entender esta preocupación, pero aseguró que las autoridades de Detroit y el propio gobernador de Michigan, Rick Snyder, "no quieren poner en la mesa de negociación el edificio del Instituto y las obras de arte".

Los frescos fueron realizados a petición de Edsel Ford, entonces presidente de Ford Motor Company, quien también presidía la Comisión de Artes de la ciudad. Diego Rivera los consideró  su “obra maestra”.

En ellos, el pintor muestra todo el proceso de la fabricación de coches, desde la extracción de las materias primas, pasando por el fundido de metales, el moldeado prensado… hasta su resultado final. El mexicano pasó siete meses conviviendo en la fábrica para poder captar hasta el más mínimo detalle. No existe otra obra temática similar en la historia del muralismo ni en ninguna otra parte del planeta.

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