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Sociedad

El Ayuntamiento de Lalín (Pontevedra) prohíbe a sus concejales "actos de fe" en público

Imagen de la Semana Santa en Galicia

Polémica en el consistorio de Lalín, en Pontevedra. Los concejales de este Ayuntamiento no podrán participar en actos religiosos. Así lo recoge la moción aprobada el pasado 28 de abril por la libertad de conciencia y la aconfesionalidad institucional. Con ella se prohíbe también símbolos religiosos e ideológicos en actos o espacios municipales. "Esta propuesta recoge la aconfesionalidad de un municipio, tal y como ya lo hace la Consitución española", aseguran a Vozpopuli fuentes del Gobierno municipal.

El Ejecutivo presidido por Rafael Cuiña (Compromiso por Galicia) sacó adelante esta medida con los votos a favor de los socialistas, el BNG y la plataforma ciudadana de Lalín (APAC). El PP votó en contra. Se trata de una propuesta que quiere "establecer la legitimidad de las instituciones públicas laicas, para que no haya confusión entre lo civil y pública". Asimismo, el texto también "garantiza la libertad de conciencia individual y la independencia efectiva del gobierno con respecto a cualquier confesión religiosa o ideología en particular". 

Concejales y funcionarios no mostrarán, en el ejercicio de su cargo o funciones, ningún "gesto de sumisión o veneración de personas o imágenes religiosas"

Esta medida contempla la retirada de todo tipo de simbología religiosa en los espacios oficiales y de propiedad pública. Asimismo, los concejales y demás funcionarios no mostrarán, en el ejercicio de su cargo o de sus funciones, ningún "gesto de sumisión o veneración de personas o imágenes religiosas". Si bien, especifican desde el Ayuntamiento de Lalín que "a título personal e individual" sí se podrán seguir realizando actos religiosos. El texto también recoge que "todos los edificios e instalaciones dependientes de la administración local y sus organismos autónomos y otras entidades, estarán exentos de cualquier tipo de simbología religiosa o de otra naturaleza ideológica particular".

Ante la controversia social suscitada con este acuerdo, Cuiña ha reiterado a lo largo de esta semana que "él como católico seguirá asistiendo a oficios religiosos" cuando lo estime oportuno.

"Una moción discriminatoria"

La Asociación de Abogados Cristianos considera que esta moción "es anticonstitucional y discriminatoria", porque atenta contra la libertad religiosa y también contra la propia Constitución, ya que argumentan que "ningún ciudadano puede ser discriminado por razón de su religión, un derecho amparado por el Artículo 14 de la Carta Magna". "La discriminación por cuestiones religiosas está prohibida al igual que la que se ejerce por motivos racistas, antisemitas, de ideología, sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía", asegura la presidenta de esta organización que acusa al Ayuntamiento de incurrir en una "grave discriminación".

Ante esta polémica, Abogados Cristianos ha comenzado una petición de firmas para que el consistorio retire esta moción que "atenta contra la libertad religiosa".

Abogados Cristianos ve esta moción como "anticonstitucional y discriminatoria", porque atenta contra la libertad religiosa

En Huesca ya se prohíbe

Lalín no es primer municipio que prohíbe a sus concejales acudir a actos religiosos en público. Huesca ya lo hizo el pasado mes de marzo cuando el socialista Luis Felipe en alianza con plataformas de izquierdas no permite que sus trabajadores vayan a procesiones o misas con su cargo municipal. Así, se recogió en la Comisión de Relaciones Institucionales  que el Ayuntamiento de Huesca ha aprobado la modificación del Reglamento de Protocolo y Ceremonial.

Este cambio ha sido aprobado con el voto a favor de los grupos del equipo de gobierno municipal, PSOE, Cambiar Huesca y Aragón Sí Puede, plataforma de Podemos, mientras que Ciudadanos se ha abstenido y los concejales del PP, que se ha manifestado en contra de esta modificación, se han ausentado de la votación por entender que las formas y los tiempos no se han cumplido.

La redacción de este nuevo reglamento especifica que el consistorio no asistirá a ningún acto que tenga carácter religioso, declinará las invitaciones que le puedan hacer y tampoco organizará, ni programará actos de carácter confesional.

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